Marco Herrera
Cultura
El pintor Bartolomé Bermejo, en el Museo Nacional de Arte de Cataluña
El MNAC muestra hasta el 19 de mayo la obra de pintor gótico nacido en Córdoba en el siglo XV
Medio centenar de obras serán protagonistas de la exposición que el Museo Nacional de Arte de Cataluña dedica a Bartolomé Bermejo, quien fuese uno de los pintores góticos más representativos en el siglo XV, desarrollando gran parte de su vida y obra bajo la Corona de Aragón. Pep Serra, director del Museo, ha calificado a Bermejo como "el Warhol del siglo XV". Serra asegura que “Bermejo es un artista con criterio propio, se inventa lo que quiere, es un outsider, judío converso, más renacentista que gótico, enigmático y rebelde”.
La exposición
La muestra está organizada a medias entre el MNAC y el Museo del Prado, lugar en el que la exposición ha acogido a más de 100.000 personas. Joan Molina, comisario de la misma, comenta que el recorrido ofrece "la imagen más completa pero también más comprensible de la figura de Bermejo”. En opinión de Molina, en Bermejo coinciden tres elementos: “un alto nivel técnico a la altura de Hans Memling, Jan van Eyck o Botticelli, que realiza una obra pensada para fascinar la mirada del espectador; su heterodoxia, como demuestra en la norma de las pasiones; y una personalidad alternativa por su condición de judeoconverso”.
El comisario resalta el enorme mérito de haber reunido gran parte de la obra de Bermejo y que la exposición suponga "una versión reducida de la National Gallery de Londres", de donde les ha llegado el San Miguel triunfante sobre el demonio (1488). Solo una obra expuesta en la capital de España no ha viajado junto con el resto de la exposición a Barcelona, se trata del Santo Domingo de Silos (1474-1477), que nunca ha salido del Prado debido a sus dimensiones y problemas estructurales.
Obra cumbre
La Piedad Desplá (1490) es la obra central de la muestra, en la primera ocasión que esta sale de la Catedral de Barcelona. La Piedad fue un encargo del arcediano Lluís Desplá. La obra ha sido restaurada recientemente por la Fundación Banco Sabadell, lo que le ha permitido recuperar su esplendor. Para el comisario Molina “la obra cumbre de Bermejo y en el cuadro conviven el dolor y la opulencia, una escena devocional y paisajista”.
La exposición también quiere recordar el reconocimiento que merece Bermejo, el cual fue olvidado casi 500 años y cuya obra no fue puesta en valor de nuevo hasta finales del siglo XIX y principios de XX.