Siempre sucedía lo mismo. Inflaba sus carrillos hasta lo inconcebible, apuntaba con su trompeta hacia el cielo y comenzaba a surgir aquella música de agudos imposibles y armonías insólitas que hizo pasar a la historia a Dizzy Gillespie como uno de los más grandes gigantes del jazz de todos los tiempos.
John Birks Gillespie habia nacido en Cheraw, Carolina del Sur, el 21 de octubre de 1917 y junto al genial saxofonista Charlie Parker, fue uno de los máximos responsables de la revolución que el bebop supuso en el mundo del jazz. Incansable explorador del vasto universo de la música afroamericana, Dizzy fue también uno de los más destacados intérpretes y compositores del jazz latino a partir de la renovación de ritmos como el calipso o la bossa nova, y principal impulsor, junto a Machito y Chano Pozo del jazz afro-cubano.
Hijo menor de los nueve que tuvo su padre, albañil y pianista aficionado, en sus comienzos el instrumento de Gillespie era el trombón, pero pronto lo abandonó para abrazar la trompeta y colaborar con muchos de los grandes de la década de los treinta y primeros cuarenta como Teddy Hill -responsable del mote con el que pasaría a la historia, 'Dizzy', que puede traducirse como 'Alocado'-, Cab Calloway, Earl Hines, Ella Fitzgerald, Fletcher Henderson, Lionel Hamptom, Coleman Hawkins, Ben Webster, Chu Berry o Duke Ellington.
Una revolución que comenzó en Kansas City
Fue en 1942 cuando comenzó su fructífera colaboración con Charlie Parker, junto a quien grabaría algunos de los temas más emblemáticos y revolucionarios de la historia del jazz.
Los dos músicos se conocieron en la habitación de un hotel de Kansas City y de inmediato hermanaron su música. "Teníamos ideas gemelas y era difícil distinguir lo que venía de mí de lo que venía de él", recordaría años después el trompetista al rememorar aquella colaboración que alcanzaría sus más altas cotas en las sesiones del Minton's Bar de las que surgió el bebop, el nuevo y frenético ritmo que, según los músicos, adoptó su nombre de la onomatopeya del sonido que producía la cabeza de un negro al ser golpeada con la porra de un policía.
Artistas de la talla de Bud Powell, Ray Brown, Max Roach o Milt Jackson se sumaron a Gillespie y Parker en lo que sin duda fue uno de los momentos de mayor explosión creativa que haya conocido la música negra norteamericana.
Las drogas y el alcohol que acabarían con la vida de Charlie Parker fueron también los culpables de su distanciamiento con Gillespie que para entonces ya se había convertido en una figura indiscutible y tan popular que incluso se postuló en dos ocasiones para la presidencia de los Estados Unidos.
Tras separarse del saxofonista del que llegó a decir que "sin ninguna duda es el más grande, pero necesita mucha ayuda y se niega a que nadie se la de", creó su propia orquesta por la que desfilarían durante años las mayores leyendas del jazz de aquellos años como Theloniuos Monk, John Lewis, Ray Brown, Kenny Clarke, Milt Jackson, John Coltrane o Paul Gonsalves.
La orquesta se disolvió a comienzos de los años cincuenta y Dizzy comenzó entonces a formar diversos quintetos con los músicos que habían integrado anteriormente parte de su banda y a recorrer, bajo el patrocinio del Departamento de Estado norteamericano, Oriente Medio, Europa y Latinoamérica para difundir, en plena Guerra Fría, el jazz en aquellas latitudes.
' Vivir y morir en una película que refleje el mundo del jazz'
Después de esta experiencia reorganizó nuevamente su orquesta que en esta ocasión tuvo a Quincy Jones como director musical y estuvo formada por músicos de la talla de Melba Linston, Phil Wods, Charlie Persip, Joe Gordon, Benny Golson o Wynton Kelly.
Tras su histórica actuación en el Festival de Jazz de Newport, el año 1957, sus actuaciones se diversificaron abarcando desde presentaciones como solista hasta conciertos al frente de grandes y pequeñas bandas, además de continuar realizando inolvidables grabaciones con músicos como Roy Eldrige, Sony Rollins, Stan Getz, Sonny Stitt, Duke Ellington, Oscar Peterson o Count Basie.
Durante los años sesenta fueron los ritmos latinos y especialmente la bossa nova los que ocuparían buena parte de su repertorio y ya en los setenta, el trompetista pasa a formar parte de los Giants of Jazz, formación inspirada por el productor Norman Granz, con la que realizó numerosas giras, aunque cada vez más espaciadas puesto que la frenética actividad que siempre tuvo Guillespie fue decayendo con los años aunque sus conciertos nunca perdieron el nivel de geniales e irrepetibles que siempre tuvieron como se demostró en una de sus últimas actuaciones a dúo junto a la batería de Max Roach en París que quedó inmortalizada en una memorable grabación.
Dizzy Gillespie, moría a los 75 años en Englewood, New Jersey, en la madrugada del 6 de enero de 1993 y en el mismo hospital en el que luchó denodadamente con un cáncer de páncreas. Dos años antes grabó en San Sebastián la película de José Antonio Zorrilla El invierno en Lisboa, basada en la novela del mismo título esctita por Antonio Muñoz Molina. Entonces comentó: "Creo que me va a gustar eso de vivir y morir en una película que refleje el mundo del jazz".