Conversar con Eduardo Mendoza (Barcelona, 1943) sobre cualquier cosa es siempre un verdadero placer, incluso aunque, como en esta ocasión, haya sido por teléfono mientras él, sólo por recordar sus tres últimos galardones, ganador de los premios Planeta, Franz Kafka y Cervantes, camina, "cargado y resoplando", hacia su casa, muy cerca del Paseo de Sant Gervasi de Barcelona, después de haber salido a comprar el pan. Con el autor de títulos fundamentales de nuestra literatura del último medio siglo como La verdad sobre el caso Savolta, La ciudad de los prodigios, El año el diluvio, Riña de gatos o su última novela, El negociado del yin y el yang, hemos hablado sobre la situación que vivimos actualmente por culpa de la pandemia del coronavirus.
PREGUNTA: ¿Cómo pasa Eduardo Mendoza esta situación de alarma sanitaria que estamos padeciendo?
RESPUESTA: La verdad es que estoy muy bien y muy tranquilo, porque por mi trabajo mi edad y mis circunstancias para mí, si no fuese por lo que implica este virus, sería la situación ideal. Pero entiendo que no soy representativo
P.: ¿Cómo soluciona el tema de la intendencia, la compra, hacer la comida…?
R.: Estupendamente porque vivo en un barrio en el que hay todo tipo de servicios, también de catering y he podido salir a comprar. Además ahora puedo salir también a determinadas horas a pasear. Lo cierto es que yo personalmente no he sufrido nada, más bien al contrario porque he encontrado muchas ventajas para llevar mi estilo de vida.
P.: ¿Qué libro recomendaría para leer durante el Estado de Alarma?
R.: Yo no puedo recomendar un libro a todo el mundo, sería absurdo porque depende de cada persona, de su edad, de sus circunstancias... No hay un libro que se pueda recomendar.
P.: ¿Y podría adelantarnos algo de lo que vendrá después de El negociado del yin y el yang?
R.: Pues sinceramente todavía no lo sé, en eso estoy. Pero en cualquier caso espero de verdad que venga algo.
P.: ¿Seremos los mismos cuando salgamos de esta?
R.: Al principio no, pero enseguida lo volveremos a ser.
P.: ¿Piensa que las medidas que está adoptando el gobierno están siendo las adecuadas?
R.: La verdad es que es muy fácil criticarlo todo. Yo creo que hacen lo que se puede en la medida en que no se sabe lo que hay que hacer ni que repercusión van a tener las decisiones adoptadas. Todo son tentativas y no hay ningún gobierno en el mundo que lo esté haciendo muy bien, todos van dando palos de ciego. Si se lee la prensa extranjera se ve que en todos los países piensan lo mismo de sus gobiernos, que si lo han hecho muy mal, que si tenían que haberlo previsto hace un año... Sí, bueno, pero es que no es nada sencillo...
P.: ¿Y que opina de la respuesta que está obteniendo el gobierno por parte de la oposición?
R.: Pues no sé si esa táctica de confrontación le parece interesante. Yo creo que deberían cooperar, pero ellos sabrán lo que hacen. Como comentarista político yo ya estoy retirado.
P.: ¿Qué puede decirnos de la situación que se ha vivido en las residencias de mayores?
R.: Eso nos tiene que hacer reflexionar a todos sobre las condiciones en que están muchas personas de edad, enfermas, porque lo que está sucediendo es en buena parte culpa de las propias residencias, pero también en buena parte es culpa de los parientes de las personas que viven en esas residencias porque muchas veces dejan allí a los mayores y se desentienden de ellos.