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El códice del Cantar de mío Cid se expone por primera vez en su historia en en la Biblioteca Nacional hasta el próximo 22 de septiembre en una exposición que recupera la figura de uno de sus principales impulsores, Ramón Menéndez Pidal, y recuerda la "vida azarosa" del manuscrito hasta llegar a los días actuales.
"Históricamente, es un momento muy emocionante, porque casi nadie lo ha visto por la azarosa vida que ha tenido el códice: realmente impresiona la buena letra y el estado de conservación a pesar de los avatares", ha comentado con humor el ministro de Cultura y Deporte, José Guirao, durante la visita a la muestra.
Doscientos años después de la muerte de Rodrigo Díaz de Vivar, en torno al año 1099, un autor desconocido compuso el cantar de gesta que narraba las hazañas del Cid. Los 'azares' del códice empezaron alrededor del siglo XVII, cuando el documento -una transcripción del original desaparecido- quedó albergado en un convento de Clarisas de la localidad.
Después fue pasando de mano en mano de eruditos, el último el bibliógrafo Pascual de Gayangos a mediados del siglo XIX, quien recibió una oferta del Museo Británico para adquirirlo pero terminó vendiéndolo a la familia Pidal. A lo largo de ese tiempo, se pusieron varios cheques en blanco --como el de la Hispanic Society of America-- pero fueron rechazados.
La temperatura y humedad del códice están controladas en todo momento pic.twitter.com/55mZE9R1WC
— Biblioteca Nacional de España (@BNE_biblioteca) 4 de junio de 2019
La Fundación Juan March (@fundacionmarch ) compró el Códice de Vivar a la familia Pidal por diez millones de pesetas y, el pasado 30 de diciembre, lo donó a la Biblioteca Nacional para que sea contemplado el manuscrito por primera vez en más de seis siglos. La directora de la BNE, Ana Santos, ha hablado de "un acontecimiento importante", que estará solo quince días --en el caso del códice-- a la vista del público.
Medidas de seguridad extremas
Después, el manuscrito volverá una cámara de seguridad en la que se encuentra junto a otros ejemplares históricos, como los de El Quijote. En la muestra, la urna reproduce exactamente las condiciones de conservación de la cámara -no puede superar los 21º de temperatura y el 45% de humedad- y tiene alrededor "medidas de seguridad extremas".
"Estamos hablando de una obra que muestra al héroe de nuestra cultura, una figura mítica del héroe hecho a sí mismo y capaz de superar las dificultades con lealtad y compañerismo", ha indicado la directora de la BNE. En esta misma línea se ha mostrado el presidente de la Fundación Ramón Menéndez Pidal, Jesús Antonio Cid.
"Para Menéndez Pidal, era un mito fundacional de Castilla y España, que no sé si son necesarios, pero en el caso del Cid sería un mito muy aceptable: un buen marido, alguien justo que no fue cruel ni usó la venganza para solventar sus problemas, sino que acudió a la justicia", ha indicado.
Una visita de Charlton Heston
Además de la exhibición del códice, la exposición pone de relieve la importancia de Menéndez Pidal en la cultura española del siglo XX a través de sus 'gestas' biográficas e intelectuales y recupera la relación del historiador con la figura del Cid. Como por ejemplo, su influencia para la llegada de la película de Charlton Heston a España.
"El rodaje durante el franquismo de un héroe nacional en manos de los americanos generó muchos recelos. Pidieron un informe a la Real Academia de la Historia para saber si se permitiría el rodaje y el dictamen de Menéndez Pidal fue favorable -le gustó mucho el guion, en especial detalles como que los moros de España eran españoles-. Luego Samuel Bronston y el propio Heston se lo agradecieron yendo a visitar su casa", ha concluido.