Marco Herrera
Cultura
'El fusilamiento de Torrijos', en el Prado
Exponer la pintura de Gisbert se enmarca dentro de la conmemoración del Bicentenario del museo
El Museo Nacional del Prado, en la celebración del Bicentenario de su existencia, conmemora hasta el 30 de junio Una pintura para una nación, que celebra la nacionalización de las colecciones reales con la pintura encargada por el Estado al artista Antonio Gisbert: Fusilamiento de Torrijos y sus compañeros en las playas de Málaga. Este hecho sin precedentes dio como resultado este óleo que a día de hoy es una de las obras de más valor del museo. La sala 61A del edificio Villanueva será la encargada de acogerlo junto con estampas y documentos relacionados a la pintura.
La obra
Pintado en 1888 por el romanticista español Antonio Gisbert Pérez, es una escena bastante sorprendente, en la que los sacerdotes dicen las últimas palabras sobre un grupo de prisioneros, algunos con los ojos vendados, mientras el escuadrón de fusilamiento que los ejecutará se alinea detrás de ellos. Sucede en una playa azotada por el viento, tal vez en invierno, y la escena incluye una serie de imágenes comunes en los paisajes románticos y en las escenas de personas: olas que rompen contra las rocas, nubes y pueblos adormecidos que parecen ocultos entre la niebla. El drama de la escena humana contrasta con la belleza del entorno natural.
Protagonista y momento histórico
José María Torrijos y Uriarte era un general español dedicado a los preceptos del liberalismo, tal y como se entendió ese término en el siglo XIX. Posicionado contra las monarquías absolutas, que entonces gobernaban la mayor parte de Europa, después de luchar en las Guerras Napoleónicas y participar en varios movimientos destinados a acabar con el gobierno de los reyes en España, Torrijos –con apoyo en Gran Bretaña (donde vivió en el exilio)– organizó una revuelta 1831. Él y sus hombres cayeron en una trampa, y las fuerzas leales al rey rodearon a Torrijos y 48 de sus compañeros en esta playa y los fusilaron el 11 de diciembre de 1831. Torrijos fue esencialmente un mártir por la causa del antiabsolutismo en España.
Como ocurre con muchas obras románticas, esta pintura tenía la intención de tener una dimensión política y artística. España pasó por muchos avatares en el siglo XIX, pasando por los gobiernos republicanos y varias restauraciones monárquicas. En 1888, cuando Gisbert lo pintó, el país estaba nuevamente bajo un rey, Alfonso XII, y muchos intelectuales españoles anhelaban una sociedad más liberal. Gisbert murió en 1901, pero los sentimientos retratados en la Ejecución de Torrijos perduraron mucho después de él.