Los actores Javier Gutiérrez y Mario Casas protagonizan la película Hogar, dirigida por David y Alex Pastor y que llega esta semana a Netflix, en pleno confinamiento por el coronavirus, y que se estrena sin haber pasado por el Festival de Málaga, donde estaba seleccionada para competir por la Biznaga de Oro en la Sección Oficial de este certamen, aplazado a causa de la crisis por el COVID-19.
"Esto es una guerra que estamos aprendiendo a combatir, que no entiende de clases sociales, de países ni de fronteras", ha afirmado Gutiérrez durante una entrevista concedida en plena cuarentena, con motivo del estreno de este "thriller psicológico perverso", según describe el actor.
En Hogar, Gutiérrez interpreta a Javier Muñoz, un ejecutivo publicitario de éxito que se ve obligado a dejar su vida de comodidades tras un año en paro. Un día, regresa a su antigua casa y empieza a espiar a la familia que vive allí, y entra en contacto con el padre de familia, interpretado por Mario Casas, decidido a recuperar la vida que ha perdido.
Para Gutiérrez, esta película hace un "retrato certero y descorazonador" de los tiempos actuales y de lo "deshumanizada que puede estar la sociedad", sujeta al "materialismo y al capitalismo", y en la cinta se tratan asuntos que "atañen a todos" como el "bullying infantil, el alcoholismo, o la invisibilidad en el mercado laboral a partir de determinada edad".
"Vivimos en un mundo en el que la imagen y la juventud está muy por encima de la experiencia, del talento y el buen hacer", ha criticado el actor en referencia a un "consumismo atroz y voraz" en el que es más importante "el envoltorio que el regalo". "Está pasando ahora mismo con una generación que nos estamos cargando, que es la de nuestros abuelos o de nuestros padres, que han sido el soporte durante la crisis de esta sociedad, y estamos despachando de una manera muy cruel", ha lamentado el actor.
La cultura, un "aliado"
En su caso, Gutiérrez vive el confinamiento estos días tratando de abstraerse "lo más posible", porque cree que existe un "exceso de información que le crea "más confusión, psicosis y ansiedad".
En referencia al refugio que supone para la gran mayoría de los ciudadanos la cultura, Javier Gutiérrez ha criticado a "los partidos que alardean de que la cultura no es importante". "En tiempos de crisis estamos viendo que es un aliado fenomenal para los ciudadanos", ha dicho el actor.
Por su parte, Mario Casas vive este encierro "de la mejor manera posible", intentando "ser respetuoso con lo que se pide" y recurriendo a "cocinar, ver series, hablar por teléfono y ver noticias". En este sentido, el actor ha señalado que en este momento, "escuchar música, leer o ver series" es lo que está "salvando" a la gente de "este confinamiento, de estar encerrados en casa". "Un país sin cultura no es nada, es de lógica aplastante", ha dicho el actor, quien espera que esta película ayude al público a olvidar la situación actual para "volar y ver vidas distintas".
Para esta película, Mario Casas cogió varios kilos con el fin de dar la imagen de una persona con una vida "sedentaria". "Cuando ojo algo de peso, me dejo barba y el pelo más largo, y parezco mayor", ha señalado Casas, quien da vida a un padre de familia con una hija se seis años. No obstante, ha indicado que lo más "interesante" es lo "emocional" de su personaje, para el que habló con varios exalcohólicos, en quienes descubrió "los miedos e inseguridades" que se producen en su situación.
