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El actor José Sacristán (84 años) ha asegurado que el "compromiso como actor no debe eximir del compromiso como ciudadano", y ha dicho que éste en la dictadura afectaba, pero que después nunca ha tenido noticia de haber sido objeto de persecución por sus ideas. Así lo ha puesto de manifiesto durante el homenaje que le ha brindado este lunes la Acadèmia del Cinema Català.
"Sería un miserable si pusiera objeción alguna al momento profesional en el que estoy", ha añadido el intérprete en una charla con el también actor David Verdaguer –vocal de la Acadèmia del Cinema Català–, el actor (Chinchón, 1937) ha añadido: "La suerte me acompaña, el publico viene a verme y la salud, de puta madre".
Sacristán, que también ha dicho vivir un buen momento personal, ha afirmado que galardones como el Goya de Honor que recibió los agradece más porque vienen de fuera de la competición, y ha subrayado disfrutar del "privilegio de que la gente disfrute" de lo que hace sobre el escenario.
Con la obra teatral Señora de rojo sobre fondo gris en gira, que ha remarcado que es un proyecto personal en el que puede homenajear a Miguel Delibes, ha subrayado que en los últimos años aprecia poder trabajar con gente joven.
Sacristán ha afirmado que todavía siente el "juego" de contar una historia como cuando comenzó en la interpretación, y ha abogado por trabajar con humildad y cada día librar una batalla por la dignidad.
El actor, que se ha mostrado cómodo como "optimista melancólico", ha afirmado que sigue estando presente el niño de Chinchón que se quedó fascinado cuando se apagaron las luces de una sala de cine.
Advierte de los "espejismos"
Preguntado por los consejos que daría a las nuevas generaciones, ha dicho que es una cuestión difícil porque es una profesión muy personal, pero sí que ha advertido de los "espejismos", ya que no todo es la alfombra roja, sino que es una profesión que se necesita trabajar, afrontar un riesgo permanente y tener suerte.
Sacristán ha asegurado que ha intentado huir de la comodidad y no caer en el confort porque, pese a que con ello nunca se hará mal pero será previsible: "El salto al vacío cuando el personaje merece la pena es formidable".
Se ha mostrado encantado con recibir un homenaje de la Acadèmia del Cinema Català y ha considerado fundamental una "corriente de entendimiento permanente" entre ella y la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España.
Ha afirmado que desde que actuó por primera vez en los teatros de Barcelona en la década de los 60 siempre ha visto una "confianza" en su trabajo y mantiene una relación cordial con el público catalán.