Verónica Mollejo
Cultura
Las Meninas de los balcones de Neptuno se marcharán para siempre de la capital
Estas figuras decorativas forman parte de la famosa tienda de Objetos de Arte Toledano
Cuando viajas hasta Madrid y caminas por el Paseo del Prado, son muchos los atractivos turísticos que surgen a tu paso. No solo hablamos de visitas obligatorias como la Iglesia de los Jerónimos, el Museo Thyssen Bornemisza, el Jardín Botánico o el propio Museo del Prado, sino de esos lugares que a veces pasan desapercibidos pero aportan un encanto adicional a esta zona de la capital como, por ejemplo, el monumento a los Caídos por España, la Fuente de Neptuno, la Cuesta de Moyano o la tienda Objetos de Arte Toledano y sus famosas Meninas, que ahora se enfrenta a su cierre definitivo.
Una fachada con mucha historia
En el número 10 de esta concurrida avenida se encuentra una de las tiendas más típicas de la ciudad de Madrid. Fundada en 1960 por la familia Sánchez Tardío y ubicada en un edificio de principios del siglo XX perteneciente al conde de Casal, este célebre establecimiento comenzó su andadura como una tienda de regalos.
Sin embargo, con el paso del tiempo, este concepto ha evolucionado hasta convertirse no solo en el clásico comercio pensado por y para los turistas (pues, como su propio nombre indica, los propietarios son de Toledo), sino en un impresionante museo medieval que alberga en su interior dagas, cascos, espadas, cotas de malla e incluso ballestas. Todo un arnesal que durante años ha atraído a cientos de visitantes cada día.
No obstante, la auténtica protagonista del local es la fachada, donde reposan siete figuras, asomadas a los cinco balcones que forman parte del edificio, que observan con curiosidad el vaivén de los viandantes. Entre ellas, se puede reconocer a las Meninas de Velázquez, además de al propio pintor y al monarca Carlos III. Todas ellas llegaron a la tienda en 1996 de la mano del escultor José Puente. ¿Qué ocurrirá ahora con ellas?
Su destino todavía es incierto. Subastarlas, ofrecérselas a los hoteles de la ciudad o incluso que sus propietarios se las lleven a casa, son muchas las opciones que barajan los hermanos Sánchez Tardío, que ahora hacen frente al cierre definitivo del negocio que les ha dado la vida y que sufre la bajada de las ventas, los altos costes del mantenimiento de la plantilla y el local o el temido cambio generacional.