El actor Arturo Fernández, una verdadera institución de nuestro teatro, falleció anoche a los 90 años en un hospital madrileño en el que llevaba días ingresado por su deteriorado estado de salud. Era el tercer ingreso hospitalario en lo que va de año del actor asturiano que estuvo trabajando hasta el pasado mes de abril. Primero sufrió problemas estomacales y en mayo se rompió una pierna como consecuencia de una desgraciada caída.
“Las ganas y las fuerzas las saco del amor a mi profesión, del respeto que tengo a todas las personas y a mí mismo. El día que me retire dejaré de ser joven y eso me fastidia, me molesta mucho”, declaró el actor asturiano a 65Ymás el pasado mes de marzo en la que fue su última entrevista concedida a un medio de comunicación.
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Futbolista, boxeador y actor
Arturo Fernández había nacido en Gijón el 21 de febrero de 1929 en el seno de una familia humilde y de convicciones anarquistas que obligaron a su padre a huir de España al terminar la Guerra Civil. Con 20 años se traslada a Madrid para buscarse la vida, pero sin pensar en ningún momento en convertirse en actor. Apuntaba maneras de futbolista y terminó siendo boxeador. “Fracasé en las dos cosas. Como boxeador me arreglaron la cara, porque en aquel entonces los boxeadores eran cirujanos. Y como futbolista, la verdad, es que estaba mal alimentado y no aguantaba más de veinte minutos en el campo”, confesaba en 65 Y más.
Nunca pensó en ser actor aunque creía que tal vez su “vocación estaba escondida y un día surgió haciendo figuración”. Se dedicaba a la figuración en el cine para poder subsistir en Madrid a donde llegó con una maleta y sin conocer a nadie. Después de unos meses en este trabajo un ayudante, que era también asturiano, le preguntó si podía decir una frase en la película y Arturo le contestó que “podía decirle hasta el Quijote”. Se trataba de una sola frase en la película La Señora de Fátima, una frase con la que empezó todo y que el actor jamás olvidó: "Pero todavía no has dicho en casa que te alistas hoy".
Con su propia compañía durante 58 años
Fue protagonista de 70 películas, pero su ilusión siempre fue tener su propia compañía y lo consiguió 1961 estrenando Dulce pájaro de juventud, de Tennessee Williams, en el madrileño teatro Eslava dirigida por Luis Escobar. Aquella compañía se ha mantenido, éxito tras éxito, durante 58 años, solo desaparecerá ahora por la muerte de su creador. Un récord difícilmente superable.
La lista de los títulos que Arturo Fernández convirtió en éxitos de cine y teatro es casi interminable, pero el actor recordaba con especial cariño todas sus comedias en las que fue dando forma a su clásico personaje de galán conquistador con un punto de cinismo. Aunque eso sí, en su corazón reservaba un lugar muy especial para la que supuso su espaldarazo definitivo como actor: ¿Quién soy yo? de Juan Ignacio Luca de Tena.
Por lo que a cine se refiere el actor no ocultaba que sus películas favoritas fueron Truhanes, Tocata y fuga de Lolita, Distrito quinto y un Vaso de whisky y en televisión, la serie que originó la película del mismo título, Truhanes, que protagonizó junto a su amigo Paco Rabal y la divertidísima La casa de los líos.
Arturo Fernández es sin duda un referente de nuestra escena. Un hombre que amó su profesión por encima de cualquier otra cosa y a ella se dedicó casi hasta el final representando Alta Seducción, la comedia que interpretó junto a Carmen del Valle hasta hace escasamente un par de meses. Es cierto que deja huérfano a su público, pero también lo es que su trabajo quedará ahí para siempre al igual que el cariño de su legión de admiradores. ¡Gracias chatín!