Muere el mítico actor francés Jean-Paul Belmondo a los 88 años

Leyenda del cine francés y mundial, figura imprescindible de la Nouvelle Vague desde su magistral actuación a los 26 años en el clasico Al final de la escapada de Jean-Luc Godard rodada en 1959, el actor más feo y astrictivo al mismo tiempo de los sesenta y setenta, Jean-Paul Belmondo, francés de origen italiano, nos ha dejado a los 88 años.

Belmondo ya había sufrido un accidente cerebrovascular en 2001 y se apagó "tranquilamente", según ha declarado su amigo y abogado personal Michel Godest a la cadena de televisión BFMTV.

Había nacido en la localidad francesa de Neuillu sur Seine y era hijo del escultor Paul Belmondo. Cursó sus estudios actorales en el parisino Conservatoire National Superieur d'Art Dramatique (CNSAD) y tras una serie de papeles secundarios en el teatro debutó en el cine el años 1957 con À pied, à cheval et en voiture, una película del realizador Maurice Delbez que eliminó casi todas sus escenas durante el montaje de la película.

Pero no desaprovechó su gran oportunidad que llega de la mano del emblemático Jean-Luc Godard porque, todos los cinéfilos coinciden, sin Al final de la escapada, Oso de Plata en el Festival de Berlín, no se entendería nada del cine posterior. Esta película, publicó muchos años después el Boston Globe, "liberó al cine tan clara y limpiamente como Picasso liberó a la pintura y los Sex Pistol reiniciaron el rock". El cine moderno empezó ahí y ahí estaba Jean-Paul Belmondo que desde ese momento se convirtió en la figura de los rebeldes del cine, incluidos Truffaut, Claude Chabrol y Eric Rohmer

Pero Belmondo no solo fascinó a Godard, hizo lo mismo con el resto de monstruos sagrados de la cinematografía francesa como Claude Sautet, François Truffaut o Philippe de Broca. Sencillamente, Belmondo hizo historia del cine con títulos como Al final de la escapada, El hombre de Río, o El imperio del león, por la que en 1989 ganó, y se negó a recoger, el Premio César al mejor actor .

Con su inconfundible imagen de caballero con una amplia sonrisa y su cara de  boxeador, Belmondo rodó más de 80 películas para la posteridad. 'El hombre más feo del cine francés', como él mismo llegó a definirse, fue muy aficionado en su juventud al deporte, sobre todo al fútbol y al boxeo configuró un físico tremendamente atlético que culminó con la nariz rota durante un combate que convertiría su rostro en inconfundible.

Trabajó también con los imprescindibles Claude Sautet, Jean-Pierre Melville y Jacques Deray, siempre en competencia con su eterno rival, y gran amigo, por el título de gran galán del cine francés, Alain Delon, un actor inmenso que sin embargo nunca llegó a tener el talento cómico de Belmondo.

Su última película fue Un hombre y su perro, de Francis Huster, rodada en 2009, en la que la protagonizaba la historia de un anciano rechazado por la sociedad junto a unos también crepusculares pero magníficos Max von Sydow y Charles Aznavour.

Para entonces, ya había comprado Belmondo su propio teatro en París, haciendo realidad un sueño de la infancia. Belmondo ha aparecido en más de 40 roles teatrales.

Condecorado con la Legión de Honor en el grado de Comandante y miembro de la Académie Français des Sports, en noviembre de 1999 sufrió un infarto en el escenario de la ciudad de Brest, en el oeste de Francia, y un infarto cerebral en agosto de 2001 en Córcega. Sus cuatro hijos provienen de relaciones con las bailarinas Elodie Constantin y Nathalie Tardivel. Su relación con la modelo belga Barbara Gandolfi, 40 años menor que él, terminó en 2012 después de cuatro años de separación. Puso por nombre a sus hijos,Patricia, trágicamente fallecida  durante un incendio en París); Florence; Paul y Stella, a quien tuvo cuando ya había cumplido los 70 años.