Primera retrospectiva de Georgia O'Keeffe en España

El Museo Thyssen-Bornemisza presenta la primera retrospectiva en España de Georgia O’Keeffe (1887-1986) a través de una selección de aproximadamente 90 obras, para que el visitante pueda sumergirse en el universo pictórico de esta artista, considerada una de las máximas representantes del arte norteamericano del siglo XX.

La exposición es un recorrido completo por la trayectoria artística de O’Keeffe, desde las obras de la década de 1910, con las que se convirtió en una pionera de la abstracción, hasta las pinturas de Nuevo México, fruto de su fascinación con el paisaje y la mezcla de culturas.

Una artista revolucionaria

Nacida el 15 de noviembre de 1887, segunda de siete hijos, Georgia O’Keeffe creció en una granja cerca de Sun Prairie, Wisconsin. Tras estudiar en el Art Institute of Chicago y en la Art Students League de Nueva York, donde aprendió las técnicas de la pintura tradicional, cambió su práctica artística con las ideas revolucionarias de Arthur Wesley Dow. Y fue a mediados de la década de 1920, cuando se convirtió en una de las artistas más importantes y exitosas de Estados Unidos, con sus pinturas de rascacielos de Nueva York y sus representaciones radicales de flores.

En el verano de 1929, O'Keeffe hizo el primero de muchos viajes al norte de Nuevo México. El paisaje desolado y las culturas nativa americana e hispana de la región inspiraron una nueva dirección en su arte que llegó a su máxima en la década de 1950, cuando pintó obras que evocan los lugares espectaculares que visitó, incluidos los picos montañosos de Perú y el monte Fuji de Japón.

La edad no fue un problema para ella

Sin dejar de sorprender a su público, a la edad de 73 años, abordó un nuevo tema: las vistas aéreas de las nubes y el cielo. Y a pesar de sufrir degeneración macular y problemas de visión, O’Keeffe pintó su última pintura al óleo sin ayuda en 1972, con 85 años. Sin embargo, la voluntad de O’Keeffe de crear no disminuyó con su vista. En 1977, a los noventa años, observó: “Puedo ver lo que quiero pintar. Lo que te da ganas de crear todavía está ahí”. A una edad avanzada, y casi ciega, contó con la ayuda de varios asistentes que le permitieron seguir creando arte basándose en su vívida imaginación. La artista murió en Santa Fe, a la edad de 98 años.

La exposición ha sido organizada por el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, el Centre Pompidou y la Fondation Beyeler con la colaboración del Georgia O’Keeffe Museum de Santa Fe, en Nuevo México. Y al hilo de la muestra, el museo también ha puesto a disposición del público una revista interactiva para poder sumergirse en el universo pictórico de una artista que nunca abandonó su pasión por el arte.