Teresa Rey
Cultura
Descubre los secretos de la porcelana Lladró en su museo de Valencia
Se halla en Tavernes Blanques, a quince minutos del centro de Valencia, y posee dos colecciones
El Museo Lladró se halla en Tavernes Blanques, a quince minutos del centro de Valencia. Pertenece a la firma de porcelana del mismo nombre. Su visita es una auténtica experiencia y una forma de conocer in situ cómo es el proceso de fabricación de estas creaciones de porcelana de fama internacional. Además de visitar la colección artística, se conoce de primera mano su elaboración.
Qué se puede ver
El museo posee dos colecciones permanentes, una de porcelana histórica y otra pictórica. La primera muestra piezas que ya están retiradas del catálogo comercial y que se exhiben para que el público pueda contemplarlas. Recoge muestras que abarcan desde los años 50, cuando se fundó la firma, y los años 90. Por su calidad han pasado a ser auténticas piezas de museo, y encierran un gran valor histórico, además der una forma de contemplar la evolución de estas joyas artísticas. A través de ellas se conoce cómo han ido avanzando con el tiempo, a la par que se pueden conocer los distintos materiales para su elaboración y los variados estilos.
La parte pictórica contiene unas 70 obras que abarcan desde finales del siglo XIV hasta mediados del siglo XX. En las diferentes salas es posible contemplar creaciones góticas, renacentistas, barrocas e impresionistas. Las pinturas más destacables son del Siglo de Oro español y recogen los lienzos de pintores valencianos de renombre. Entre los autores destacan Vicente Macip, José de Ribera, Rubens, El Greco, Francisco de Zurbarán, Vicente López, Antonio Cortina Farinós, Ignacio Pinazo y Joaquín Sorolla, junto a otros.
Al mismo tiempo, este museo organiza exposiciones temporales que comparte con otros espacios expositivos, y también cede algunas de sus muestras a otros lugares de forma puntal, de España y del extranjero.
La visita incluye los talleres de la Ciudad de la Porcelana, donde se puede conocer cómo se realizan las piezas por parte de los artesanos. Además, se puede ver también la casa natal de los Hermanos Lladró en Almácera, localidad cercana a Valencia. Los tres hermanos que erigieron la firma vivieron en este lugar hasta su juventud. Se trata de una casa valenciana típica en la que el visitante descubre las primeras obras artísticas, el patio con un horno moruno donde cocían las porcelanas originarias jóvenes, y dispone de un espacio habilitado para efectuar actividades didácticas dirigidas a niños.
Colección pictórica de Lladró (Wikimedia Commons)Los hermanos
Los tres hermanos Lladró, Juan, José y Vicente, hicieron sus primeras esculturas en cerámica y vidrio en su hogar en los años 50. En un principio, ellos no tenían su propio negocio sino que trabajaban para otra empresa de azulejos y vajillas. En 1958, adquirieron una nave industrial en Tabernes Blanques, dado que cada vez recibían más peticiones y el horno de su casa se les había quedado pequeño.
Poco a poco fueron creciendo hasta que en la década de los sesenta se convirtió en una empresa de cerámica de lujo con fama internacional, produciéndose su expansión. En este periodo empezó a exportar a Canadá y se introdujo en Estados Unidos, donde se asentó en la década siguiente y mediados de la misma llegó al mercado japonés. En el año 1986 abrió filiales en Japón y China.
Su renombre ya había traspasado las fronteras españolas y fue tal su éxito que en 1988 inauguraron en Nueva York, el Museo y Galería Lladró. Sus figuras se expusieron en varios lugares llevando una selección al Museo del Ermitage de San Petersburgo. Ahora, hay dos obras en este que se exhiben de forma permanente: Carroza siglo XVIII y Don Quijote. En el año 1995, se abrió un Centro Lladró en Madrid.
La sociedad empresarial se dividió en el año 2003. Hasta el momento las tres ramas familiares compartían cada una el 33% de la empresa, pero a finales de ese año se redistribuyó. Cada uno de los tres fundadores quedó representado por dos de sus vástagos. Después, en 2007 Juan Lladró asumió la mayor parte del negocio, junto a sus hijas Rosa y Ángeles. Tiempo después en el año 2017, la empresa fue adquirida por el Grupo PHI Industrial, un fondo inversor español.
La evolución
En un primer momento las piezas que realizaban los tres hermanos Lladró estaban inspiradas en el estilo Rococó evocando obras europeas de Meissen, Sèvres o Capodimonte. En los años 60 introducen un nuevo sistema de elaboración conocido como monococción, siendo pioneros en el mismo. Hasta el momento al realizar las esculturas se realizaba una triple cocción, pero al pasar a una sola el procedimiento se perfeccionó, y tal y como indica la propia firma. Gracias a este nuevo método se consiguió ese acabado cristalino y las tonalidades pastel características de Lladró. Es cuando también comienza a desarrollar un estilo único y singular, que será lo que con el tiempo la dé esa fama mundial.
En los años 70, se desarrollan nuevas técnicas y procesos, destacando los jarrones entre sus creaciones, que ocupan un lugar especial. El gres se introduce como materia lo que confiere una mayor precisión en las esculturas grandes. De la década siguiente, son las colecciones únicas como Esculturas, Caprichos o Goyescas, en las que destaca la imaginación y creatividad de los artistas.
A partir del siglo XXI, la empresa se reinventó con nuevos clásicos, y en el año 2010 aumentó la creatividad en sus líneas destinadas a la decoración del hogar, con series de iluminación, espejos y obras para el arte de la mesa. Al mismo tiempo, incrementó las colaboraciones con diseñadores externos, que al aportar sus ideas personales confirió a la firma otra dimensión.