Marco Herrera
Cultura
'Una mirada atrás. Giorgio Morandi y los Maestros Antiguos' en el Museo Guggenheim de Bilbao
El museo vizcaíno acoge la muestra del artista italiano
El museo bilbaíno acoge la exposición del pintor italiano Giorgio Morandi. El artista es un referente en cuanto a la pintura de naturalezas muertas, cuyas composiciones de botellas, floreros y cajas siguen resultando atractivas al público. Con Una mirada atrás, el Museo Guggenheim de Bilbao investiga sus antecedentes, ambos de países europeos, en una muestra que estará abierta hasta el 6 de octubre del presente año.
Exposición
La exposición se centra en tres momentos inspiradores para el pintor transalpino, todos ellos anteriores al siglo XIX: la pintura española del siglo XVII con su tradicional bodegón; los pintores boloñeses desde finales del siglo XVI hasta comienzos del XVIII; y las naturalezas y las escenas de género del artista francés del siglo XVIII Jean-Baptiste Siméon Chardin.
Morandi dotaba a sus poderosas imágenes de floreros, botellas y cajas de la teatralidad más presente en el Siglo de Oro español. También ponía especial atención en hacer notar la influencia del Seicento italiano sin renunciar a la intimidad que Chardin llevaba a los objetos cotidianos. Obras de El Greco, Zurbarán o Crespi fueron inspiradoras del artista italiano y podremos verla junto con las pinturas de este para entender las referencias.
Biografía
Giorgio Morandi nació en una familia burguesa en Bolonia. Su padre era un comerciante, y con él, Morandi trabajó desde 1906 como empleado en la oficina. El padre hizo posible que Morandi amara el arte y estudiara de 1908 a 1913 en la Academia de Bellas Artes de Bolonia. En aquellos años el pintor leyó todo lo que pudo sobre arte moderno, especialmente el que se daba en Francia, lo que le llevó a estar más interesado en Paul Cézanne, Rousseau o Picasso.
En 1914 presentó por primera vez su propio trabajo en una exposición colectiva. Del servicio militar fue liberado tras dos años, en 1917, por razones de salud. En 1918 y 1919 se ocupó del futurismo y la pintura metafísica. Soltero, vivió con sus hermanas hasta su muerte en Via Fondazza de Bolonia, donde su sala de estar era, al mismo tiempo, su estudio. Allí desarrolló bodegones, y se ganó el apodo de "Embotellador".
Pasó los veranos desde su cáncer de pulmón (era un gran fumador) en la cercana Grizzana, donde pintaba principalmente paisajes en los que, como en su vida aún, luchaba por una reducción extrema vinculada al cubismo. Cuando Morandi murió de cáncer en su estudio en Via Fondazza en Bolonia el 18 de junio de 1964, ya era famoso en todo el mundo y sus pinturas colgaban en las paredes de importantes museos y colecciones privadas.