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La periodista Vanessa Montfort, creadora de la obra de teatro sobre la escritora, dramaturga y diputada María Lejárraga, ha defendido su figura como autora pero también como pionera de "un feminismo combativo" que "no ponía al hombre como enemigo". "Defendía un feminismo inteligente", ha declarado.
Durante la presentación de la obra en el Congreso de los Diputados, donde Lejárraga ocupó un escaño por el PSOE en 1933, Montfort ha recordado que la diputada escribió más de 90 obras bajo el pseudónimo de Gregorio Martínez Sierra, su marido. Esta situación la invisibilizó hasta el punto de que sólo pudo cobrar derechos de autor de sus obras en el extranjero y durante un periodo muy corto de su vida.
"En la época era un secreto a voces que era ella quien escribía las novelas y muchos periodistas ponían verde a Martínez Sierra", ha apuntado Montfort. Sin embargo, en aquel entonces no se permitía que Lejárraga hiciera ciertas cosas, como pisar una heladería. Así lo recoge un contrato que ella, como maestra, firmó en 1900. Entonces, la mujer tampoco podía "alternar" en la sociedad sin su marido y, mucho menos, tratar con actores como debía hacer una dramaturga.
Han sido diferentes investigaciones las que han sacado del anonimato a Lejárraga. Expertos contrastaron sus textos con la influencia que ella misma tenía en autores con los que colaboró, como Manuel de Falla o Juan Ramón Jiménez. Además, se han hallado 144 cartas en las que Martínez Sierra hacía pedidos a su mujer. "Le pedía obras completas, actos, hasta un obituario por la muerte de Torcuato Luca de Tena", ha explicado Montfort. "Ese hombre no escribía absolutamente nada", ha reconocido Eduardo Noriega, encargado de darle vida en la obra.
Una historia "peculiar"
Firmado Lejárraga recoge, precisamente, las diferentes investigaciones que se han llevado a cabo en los últimos años y que, además, no siempre coinciden. Unas dicen que la dramaturga es la autora, otras que los esposos colaboraban al 50% y también que ella sólo le ayudaba a él a perfilar los personajes femeninos.
El texto de Montfort, que se estrena este martes en el Teatro Valle-Inclán de Madrid, también recoge entrevistas en las que Martínez Sierra habla de su mujer como "colaboradora" y el contrato privado que ambos firmaron como socios al 50% de las creaciones. Este documento fue el que salvó la pequeña parte de los derechos que recibiría Lejárraga tras la muerte de su marido, que no la nombró en su testamento, y dejó todo su legado a su amante y a la hija que tenía con ella.
"El personaje de Lejárraga es una adicción", reconoce el director de la obra, Miguel Ángel Lamata, que habla de ella como "una de las grandes del siglo XX", con "un talento innegable" y "una historia peculiar". Dice que dirigir este texto ha sido como tener entre manos "una especie de 12 hombres sin piedad" y ha animado a los ciudadanos a acudir al teatro.
Anulada por su marido, por feminista y socialista
Los actores también se han mostrado fascinados por la historia de la diputada. El 'alter ego' de Lejárraga en escena, Cristina Gallego, ha declarado sentirse "una privilegiada" por haber podido "vivir tantas cosas"; mientras que Jorge Usón, que interpreta a Manuel de Falla, ha definido el legado de la dramaturga como "exquisito".
Noriega, por su parte, ha animado a leer Gregorio y yo, las memorias de la escritora en las que, a su juicio, puede verse la vida de "una mujer anulada y ensombrecida" en el inicio de su carrera y cómo su marido se "aprovecha de la situación" para que Lejárraga acabe en el olvido de la creación y también "por feminista y socialista". En este sentido, Montfort ha recordado que en sus 100 años de vida pasó por dos guerras mundiales, una civil y por el exilio, siendo, además, mujer en "una época difícil" para serlo.