"Lo importante es que fue el momento en el que toda aquella generación de hippies se miraron y se dijeron: 'Un momento, nosotros no somos marginales. ¡Somos millones!'", así se expresó David Crosby cuando le preguntaron por lo que en el festival de Woodstock de1969 significó. Cuando se cumple medio siglo de auqel histórico evento el guitarrista, periodista, escritor y profesor en Ciencias Políticas Julien Bitoun acaba de publicar un completo análisis de Woodstock, el festival de música más importante de todos los tiempos: 'Woodstock Live. Día a día, hora a hora, artista a artista' (Libros Cúpula).
El autor del prefacio del libro es Michael Lang, uno de los cuatro veinteañeros que, a pesar de tener que hacer frente a un alud de problemas imprevistos, lograron organizar el mítico festival símbolo de la contracultura hippy. "Fue un momento fuera del tiempo en el que nuestra lucha contra el statu quo, nuestro miedo a que nos llamaran a filas, nuestra oposición a una guerra que nos parecía injusta y nuestra lucha por la igualdad y las libertades personales podía compartirse sin sufrir las presiones de la sociedad conservadora y la violencia que crecía en las calles", explica Lang antes de confesar que "cuando emprendimos nuestro viaje a Woodstock, mi mayor preocupación era que mensaje y música se apoyaran mutuamente. 'Tres días de paz y música' fue una forma de invitar a la contracultura de finales de la década de 1960 a reencontrarse en torno a la celebración de nuestros ideales, nuestra música y nuestro arte".
Tres días, 32 conciertos, dos muertes, dos nacimientos, 500.000 asistentes...
Durante aquellos tres días del verano de 1969, se esperaba la asistencia de 6.000 personas pero finalmente se reunieron medio millón y otras 250.000 no consiguieron llegar por los interminables atascos hasta a aquellas mágicas 240 hectáreas en Bethel, donde un granjero alquiló su campo de alfalfa a los organizadores por 75.000 dólares. Aquel fin de semana se vivieron 32 actuaciones, aunque iban a ser 33, pero Iron Butterfly, según la versión oficial, no encontraron helicóptero para llegar, aunque extraoficialmente se comentó que se habían peleado en el aeropuerto. Hubo ocho mujeres que tuvieron abortos involuntarios, dos nacimientos ("¡La novia de uno acaba de tener un bebé, un niño que va a ser muy cool!", anunció John Sebastian durante su concierto), la armada estadounidense tuvo que enviar médicos y comida por vía aérea, nueve de cada diez asistentes fumaron marihuana y solo 33 fueron detenidos por ello, murieron un hombre por sobredosis de heroína y un adolescente atropellado por un tractor mientras dormía. Todo fue mastodóntico, incluso las deudas que ascendieron a un millón de dólares de la época.
El festival que se llevó a cabo los días 15, 16 y 17 de agosto de 1969 supuso grandes récords y definió las reglas de los festivales de música venideros. Si bien es cierto, como explica Julien Bitoun, que "sin Monterrey (el festival celebrado del 16 al 18 de junio de 1967 al que acudieron 50.000 personas) probablemente no habría habido Woodstock, y el equipo de Michael Lang se inspiró en gran medida en aquello que había convertido en un éxito al festival de música pop".
El sueño hippie cumplió sus promesas
El 50 aniversario de Woodstock brinda al autor la oportunidad de analizar este acontecimiento histórico, cultural y musical, poniendo el acento en lo más importante: los conciertos. De Janis Joplin a Jimi Hendrix, pasando por los Who y Jefferson Airplane, cada hora es una historia que merece ser contada. "Pese a la colosal magnitud que adquirió el festival, estos tres días cumplieron su promesa y realmente transcurrieron bajo el signo de la paz y de la música. No hubo que lamentar ningún incidente grave, y así Bethel se convirtió en una ciudad de medio millón de habitantes con un índice de delincuencia cercano a cero. Por última vez, el sueño hippie cumplió sus promesas en Woodstock", explica Bitoun.
Bien es cierto que las drogas no faltaron aquel fin de semana. Wavy Gravy, conocido como el payaso oficial de Grateful Dead y que ha dedicado su vida al activismo en favor de la paz, era el encargado de la seguridad del evento. "Dios mío, me han convertido en policía. Utilizaré tartas y botellas de champán como herramientas para mantener el orden", dijo al conocer su misión. Suya fue la famosa frase pronunciada desde el escenario del concierto: "El ácido marrón que está circulando no es muy bueno. Recomendamos no consumirlo. Pero es vuestro viaje, claro. Así que si os apetece, adelante. Pero recordad este aviso ¿vale?"
El 15 de agosto de 1969, a las 17.07 horas, Richie Havens subió al escenario con su enorme guitarra acústica Guild, se sentó en un taburete de madera y dio comienzo oficialmente al festival. "Cuando terminó su sesión de cuarenta minutos, no pude dejar que se retirara porque no teníamos ningún otro grupo preparado debido a los atascos de tráfico. Así que le hicimos hacer seis o siete bises y cuando se quedó sin lista de canciones, se puso a cantar Freedom. Ese tema se convirtió en el himno de aquel increíble fin de semana", recuerda Gravy.
Allí actuaron nombres tan míticos como Santana, Creedence Clearwater Revival, John Sebastian, Crosby, Still, Nash & Young, Country Joe McDonald, Hot Tuna, Canned Heat, Grateful Dead, Ravi Shankar, Joan Baez, Incredible String Band, Mountain, Janis Joplin, Blood, Sweat & Tears, Johnny Winter, The Band, Ten Years After, Jefferson Airplane, The Who, Joe Cocker o Jimi Hendrix que, en el concierto más largo que dio en toda su vida, interpretó su increíble versión del himno norteamericano, The star spangled banner' que para New York Post fue "el gran momento de los años 60". Su productor, Eddie Kramer, declaró años después: "¿Os podéis imaginar la cantidad de porros que se había fumado, y a saber qué más, y las sustancias químicas que había inhalado para lograr aquello?".
Los ausentes
Y eso que faltaron a la cita monstruos como Eric Clapton que tras la separación de Cream gestaba la también desaparecida Blind Faith; Led Zeppelin, que en un error histórico imperdonable decidieron tocar en otro concierto; Chicago actuaban esas mismas fechas en el Fillmore West de San Francisco; The Jeff Beck Group, donde entonces militaban Rod Stewart y Ronnie Wood, porque se separaron poco antes del evento; los Beatles que por aquel entonces estaban en plena descomposición aunque John Lennon lo intentó, pero el Gobierno estadounidense no le permitía la entrada al país; Joni Mitchel porque tenía un contrato para actuar en televisión, Rolling Stones que tenían ya comprometidas varias actuaciones... o el gran Bob Dylan, que aquellos días tuvo a uno de sus hijos hospitalizados, aunque, eso sí, no faltó en la edición de 1994 cuando se conmemoraron los 25 años del concierto original.