Tras dos años concentrándose cada lunes delante del Ayuntamiento de Bilbao (y el pasado 13 de enero no fue una excepción), los pensionistas vascos han hecho balance de este periodo de protesta continuada en favor de una jubilación digna. Así, coincidiendo con el Consejo de Ministros celebrado este martes, en el que se ha aprobado la revalorización de las pensiones según el IPC, es decir una subida del 0,9%, los jubilados se han mostrado satisfechos por haber logrado una de sus reivindicaciones, pero también creen que es "insuficiente" y demandan que este aumento se haga por Ley y se garantice para todos los años.
"Ha sido una marcha larga y sabíamos de antemano que iba a ser así", apunta Luis Alejos, un pensionista que estuvo en todas las concentraciones y que participó en las Marchas de Pensionistas de septiembre de 2019. Para él, esto sólo es el comienzo, el final de una "primera etapa", que comenzó con la carta del Gobierno del PP que recibieron en enero de 2018 anunciando que subirían sólo un 0,25% las pensiones ese año, y que ha terminado con este aumento anunciado por el Ejecutivo.
Ahora, queda todo por hacer. Y la primera medida que se debería tomar, a su parecer, sería "subir la pensión mínima para que sea igual al salario mínimo". Después, vendrían otras muchas, como aumentar el "sueldo mínimo hasta los 1.200 euros", siguiendo la "recomendación de la Carta Social Europea", acabar con la brecha de género o blindar las pensiones en la Constitución. Por ello, seguirán en las calles cada lunes. Puesto que, según el jubilado, "habrá que presionarles" para que tomen esas medidas.
Sin embargo, no todos coinciden en la formas. Y es que algunos van más allá y apoyan la huelga general en Euskadi del próximo 30 de enero, convocada por parte de los sindicatos ELA y LAB, para exigir mejoras laborales, mientras que otros, como Alejos, piensan que se deberían mantener concentraciones, pero no llegar a realizar paros.
Un nuevo movimiento social
No obstante, aunque este movimiento social goza de muy buena salud hoy, el camino no ha sido sencillo y no siempre se atendieron o tuvieron en cuenta sus reivindicaciones. "La etapa más dura fue la de Mariano Rajoy. Sin embargo, logramos que se aumentase el 1,6% y el 1,7%. Y en cuanto al Gobierno de Pedro Sánchez en solitario, ha sido desilusionante porque lo prometía todo y no cumplía nada", comenta Alejos. "Además, este paréntesis de ocho meses de no gobernabilidad, de no aplicar unas políticas que no son caprichosas sino demandas de justicia social, han sido perdidos", señala Victor Etayo, miembro del Movimiento de Pensionistas de Vizcaya.
Aun así, los pensionistas se muestran satisfechos con el resultado de sus movilizaciones, sobre todo desde el punto de vista social. Y es que no se podían imaginar, aquel 15 de enero de 2018, que lograrían crear un verdadero movimiento, capaz de organizarse y de convocar manifestaciones multitudinarias. "Ni los economista ni los partidos políticos valoraron en su justa medida lo que suponía atacar a las pensiones", sostiene. Ese día, relata por su parte Alejos, decidieron salir a la calle "a hacer una protesta, a ver que pasaba, y de ahí salió un movimiento similar al feminista o el ecologista". "Hemos sido un grupo de presión que ha conseguido resultados. Logramos que nuestras reivindicaciones estuviesen presentes en todas las campañas electorales. Otra cosa es que luego se cumpliesen", recuerda.
Nuevas generaciones
De esta manera, uno de los factores que para ambos ha sido determinante para que sus actos y reivindicaciones no hayan cesado durante estos dos años es la edad y generación a la que pertenecen los manifestantes. Muchos de ellos vivieron la Transición y lucharon por la llegada de la democracia y, por esta razón, son conscientes de que los derechos que ahora disfrutan se consiguieron gracias a la protesta. "Somos gente que venimos de las fábricas y hemos estado en todas las luchas. Para mí, eso es clave para comprender el movimiento", asegura Alejos. "Espero que esa conciencia de derechos sociales que tenemos las personas de nuestra edad sea una llama que inspire a las nuevas generaciones y sirva de motor", añade Etayo.
Por ello, los dos coinciden en que lo más importante es que los jóvenes tomen consciencia del problema. Según Alejos, si se suben las pensiones respecto al IPC y se garantizan con los Presupuestos, su generación tendrá asegurado el derecho a la jubilación. Sin embargo, opina, problemas como "alargar la edad de jubilación" seguirán ahí y afectarán a los que están en activo hoy. "Se tendrán que espabilar", sostiene. "No puede ser que los pensionistas actuales resolvamos los problemas de los que vienen detrás. En todo caso podemos apoyarles", concluye.