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Una publicación llevada a cabo por la Universidad de Ginebra ha demostrado la relación entre la alteración de los ritmos circadianos y la aparición del párkinson.
En concreto, en una publicación en la revista Nature Communications, los científicos aseguran que la destrucción de neuronas es distinta a diferentes horas del día.
Cabe recordar que el reloj circadiano sirve para regular el organismo, controlando la secreción de melatonina, bajando o subiendo la temperatura corporal y manejando el consumo energético y el metabolismo y que la patología de Parkinson se caracteriza por la progresiva destrucción de las neuronas del tipo dopaminérgicas, provocando síntomas como temblores, lentitud de movimiento y rigidez, entre otros.
Así, según el estudio, tanto las alteraciones del sueño como del ciclo circadiano podría tener una relación con la enfermedad.
En este caso, la investigación se llevó a cabo con moscas de la fruta a las que se exponía a un fármaco que provocaba la muerte de neuronas a diferentes horas del día.
"Esperamos siete días para observar al microscopio la supervivencia de las neuronas afectadas, y encontramos un mayor número de neuronas dopaminérgicas destruidas cuando la exposición se había realizado durante las horas nocturnas", explicó una de las autoras del estudio.
Además, vieron que las moscas con un ciclo circadiano alterado eran más sensible al fármaco y perdían más neuronas.