Cittaslow (@cittaslow_intl) es un movimiento que, como sus propias palabras indican –citta (ciudad en italiano) y slow (lento)– defiende el ritmo de vida lento, así como la buena alimentación, las tradiciones regionales y culturales de las ciudades. Por ello, los pueblos que son premiados con este título son aquellos que apuestan por todo lo anteriormente mencionado y, en definitiva, por una mejor calidad de vida.
Este movimiento lento surgió en Italia en 1999 para hacer frente a las prisas, el estrés, las aglomeraciones, las colas y el ruido que son tan habituales en las ciudades. Sigue la línea de la filosofía 'Slow Food' y, desde su origen, se ha extendido por todo el mundo, hoy en día está presente en 30 países, entre los que se encuentran ciudades de Alemania, Francia, Noruega, Holanda, Australia, Turquía, China, Corea del Sur, Estados Unidos, entre otros. Para ser candidatas a este sello, las regiones deben cumplir dos requisitos: tener menos de 50.000 habitantes y llevar a cabo una política medioambiental.
¿Cuáles son los pueblos lentos de España?
En total, 12 pueblos españoles forman la red de cittaslow. Algo sorprendente de esta lista es que tres de ellos se encuentran dentro de una misma provincia: Vizcaya.
Uno de ellos es Balmaseda, al suroeste de la provincia. Esta villa es conocida como la primera Villa fundada en Vizcaya en el año 1199. La segunda localidad es Lequeitio, situada en la comarca de Lea Artibai y conocida como “la noble y leal villa”. Finalmente, el tercer pueblo vizcaíno ‘cittaslow’ es Munguía, que pertenece a la comarca de Uribe.
Igualmente, la comunidad de Cataluña engloba tres pueblos ‘slow’, dos de ellos en Gerona, en concreto, en la comarca del Bajo Ampurdán: Begur y Pals. Por último, el tercero de los catalanes es Begas, ubicado en la comarca del Bajo Llobregat de la provincia de Barcelona.
A la lista le sumamos Bubión (Granada), La Orotava (Tenerife), Morella (Castellón) y Rubielos de Mora (Teruel), junto a las dos nuevas incorporaciones de 2021.
Los municipios de Artà (Mallorca) y Benabarre (Huesca) han entrado en la lista de pueblos que cuentan con el sello de cittaslow este año. De esta manera, ambos pueblos han sido reconocidos de manera internacional con el certificado de calidad de vida.
¿Cómo lograr el sello?
El propósito de la red Cittaslow es crear una identidad, ser feliz y estar orgulloso del lugar donde uno vive. Dicho esto, además de los dos requisitos citados anteriormente –contar con menos de 50.000 habitantes y llevar una política medioambiental–, la asociación cittaslow de España señala en su web que las ciudades deben cumplir con, al menos, el 50% de los objetivos evaluados, que se compone de un total de 70 recomendaciones y obligaciones. Estas son las principales:
- Revalorización del patrimonio histórico urbano evitando la construcción de nuevos edificios.
- Reducción de los consumos energéticos.
- Promoción de tecnologías ecológicas.
- Multiplicación de áreas verdes y espacios de esparcimiento.
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Limpieza de la ciudad.
- Priorización de los transportes colectivos y otros medios no contaminantes.
- Reducción de los residuos y desarrollo de programas de reciclaje.
- Multiplicación de zonas peatonales.
- Desarrollo de los comercios de proximidad.
- Desarrollo de infraestructuras colectivas y equipamientos adecuados para minusválidos y personas de todas las edades.
- Desarrollo de una verdadera democracia participativa.
- Preservación y desarrollo de las costumbres locales y de los productos regionales.
- Exclusión de los O.G.M. (Organismos Genéticamente Modificados).
Asimismo, destacan que los que quieran llegar a ser miembros deben considerar que "tanto la democracia y la educación como la toma de decisión colectiva requieren lentitud", reza la web. A esto le suman el interés por la ecología, el respeto a la naturaleza y la relación entre los seres humanos.
Para terminar, la asociación engloba tres áreas importantes que se deben cuidar: ubanismo, turismo, agricultura.
- El urbanismo de estos lugares integra centros históricos con espacios peatonales ajenos al tráfico y su ruido.
- El turismo por el que apuestan estos municipios son respetuosos con el medio natural, patrimonio y social.
- Su agricultura, ganadería y pesca proporcionan productos de calidad a la vez que respetan el medioambiente y la cocina tradicional se impone.