Cainofobia, entomofobia, dentofobia… Y así hasta 470 fobias de todo tipo. Hay tantas, que muchas no las conocemos y puede que las tengamos sin saberlo o que nos cueste imaginar que alguien pueda sufrirlas. Por ejemplo, a una persona que intenta a toda costa no gastar dinero se le cuelga el cartel de tacaño, pero, si esta actitud se lleva al extremo, puede acabar sufriendo un miedo irracional, pasando a llamarse crometofobia.
Una fobia es un temor fuerte e irracional a situaciones o cosas que representa poco o ningún peligro real. Las personas que sufren este tipo de trastorno de ansiedad suelen evitar aquello que les provoca ese miedo. Entre los principales síntomas de las fobias se encuentran sudoraciones, taquicardias, falta de aire, mareos, sequedad de boca, pánico, temblores o necesidad de huir, entre otros.
La crematofobia es una de las fobias más extrañas que existen, ya que lo más normal es que sintamos satisfacción al comprarnos algún capricho que nos tenemos bien merecido. Sin embargo, a las personas que la sufren no solo les resulta difícil comprar un billete de avión o unos zapatos, sino también cosas básicas como pagar facturas o ir al supermercado. Lo curioso es que si tenemos miedo a llevar miedo encima, sobre todo metálico, también tenemos crometofobia. Pero esto no debe confundirse con el miedo que sienten algunas personas a tocar billetes y monedas por temor a convertirnos en un foco de gérmenes al ser tocados previamente por otras personas, lo cual recibe el nombre de misofobia o germifobia.
Aún así, cabe destacar que la crometofobia es un concepto informal, ya que no es un desorden mental reconocido médicamente por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE), por lo que podría debatirse si se trata realmente de una fobia. De ser así, los expertos de Psicología y Mente (@psicologiamente) señalan que entraría dentro de las fobias específicas.
Entre las posibles causas que pueden desarrollar este trastorno, los psicólogos indican que uno de los motivos puede ser el condicionamiento vicario, es decir, que observemos ese miedo en personas cercanas y lo acabemos adquiriendo. Otra posibilidad es que en nuestro pasado hayamos tenido experiencias negativas relacionadas con el dinero como, por ejemplo, que el dinero fuera el motivo de divoricio de nuestros padres en la infancia.
Si sospechas que puedes sufrir este trastorno, lo más recomendable es acudir a un especialista. Los expertos señalan que entre las diversas formas que existen para tratar la crometofobia, una de las principales terapias es la cognitivo- conductual (TCC).
