El envejecimiento es un proceso biológico que implica una serie de cambios estructurales y funcionales que aparecen con el paso del tiempo, y que no son consecuencia ni de enfermedades, ni de accidentes.
Aunque cumplir años es algo positivo, lo cierto es que llegados a una edad, la sociedad parece no ver con tan buenos ojos ser mayor. Pero dejando de lado las connotaciones sociales que tiene la palabra 'envejecer', el aumento de la esperanza de vida (en España actualmente es de 85,8 años para las mujeres y de 80,2 años para los hombres), hacen necesario investigar sobre cómo frenar este proceso de envejecimiento, para que la calidad de vida aumente.
En este contexto, la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y de la Universidad de Leicester (Reino Unido), han publicado en la revistaAging, un descubrimiento prometedor. Se trata de una proteína capaz de destruir las células viejas, frenando el proceso de envejecimiento, y sin perjudicar a las sanas.
En una nota de prensa publicada por la UOC, el catedrático de la universidad catalana, director de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC y catedrático de medicina molecular en la Universidad de Leicester, Salvador Macip, ha explicado en detalle este hallazgo.
Macip recuerda que a medida que cumplimos años, las células que componen nuestro organismo empiezan a funcionar peor, y a acumularse, envejeciendo nuestros tejidos. Esto, unido a que las células están sometidas a diferentes estímulos, hacen que acumulen defectos.
Todo ello tiene como consecuencia que nuestro cuerpo active determinados mecanismos de defensa para evitar problemas mayores, como por ejemplo, un tumor. Para ello, las células o bien se "suicidan" o quedan en un estado "zombi". Esto último significa que siguen vivas, pero no funcionan como tal. Eso sí, son capaces de "fabricar productos que contagian el estado zombi a otras células sanas próximas", explica la nota de prensa.
Esto hace que el sistema inmunitario tenga que eliminarlas y limpiar los tejidos, pero con el paso del tiempo, y por razones que aún no se saben, deja de realizar esta tarea, provocando que las células zombis se acumulen en los tejidos, haciendo que funcionen peor.
Los fármacos senolíticos
Para hacer frente a este problema, la comunidad científica ya sabe que los fármacos senolíticos son capaces de eliminar estas células viejas, y aumentar la calidad y la esperanza de vida.
Y precisamente, los hallazgos de esta investigación se sitúan en esta línea: han averiguado que la molécula CUDC-907 tiene esta función: "El fármaco que hemos identificado destruye células viejas de manera muy potente y, además, ya se está investigando contra algunos cánceres, así que podría tener un doble efecto: anticáncer y, a la vez, anticélulas viejas que hacen que el cáncer resurja", asegura Macip.
En los pacientes con cáncer, este fármaco se utiliza para cortar dos vías de comunicación de las células, una de ellas la han descubierto en este estudio, ya que actualmente se estaba investigando cómo podría eliminar "las células que quedan muy dañadas después de un tratamiento de quimioterapia o de radioterapia, pero que no mueren, sino que entran en senescencia, lo que puede contribuir a que vuelva a formarse un tumor", detallan.
Este descubrimiento hace que se abra una nueva vía: "Se podría administrar este fármaco junto con la quimio o la radio para eliminar estas células zombis y reducir en gran medida el rebrote del cáncer", asegura el catedrático. Y es que "el inhibidor dual CUDC-907 elimina un tipo concreto de células senescentes con efectos secundarios limitados".
Los efectos de este fármaco han hecho que los autores se estén planteando que se pueda usar también en otras enfermedades degenerativas, como el alzhéimer: "Quizás una dosis intensiva del fármaco limpiaría el cerebro y evitaría que la dolencia progresara. También podría ser útil en fibrosis idiopática pulmonar, para frenar su avance, más que el envejecimiento por sí mismo", concluye el autor principal del estudio.
Ahora el siguiente paso es testar el fármaco en animales, y en caso de que la hipótesis se siga confirmando, empezarían a probarlo en humanos.
Sobre el autor:
Laura Moro
Laura Moro es graduada en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid, y está especializada en temas de salud y género. Su trayectoria profesional comenzó en Onda Cero Talavera.