Sociedad

Descubren por qué cuando estamos estresados nos pegamos atracones de comida basura

Elisa Leiva

Lunes 18 de diciembre de 2023

ACTUALIZADO : Martes 9 de enero de 2024 a las 17:11 H

3 minutos

Hay una molécula en el hipotálamo que conduce a comer en exceso por motivos emocionales

Descubren por qué cuando estamos estresados nos pegamos atracones de comida basura
Elisa Leiva

Lunes 18 de diciembre de 2023

3 minutos

Después de experimentar estrés hay quienes se pegan atracones de comida reconfortante, altamente procesada y rica en grasas que no es saludable, con el fin de aliviar esta tensión acumulada. Es lo que se conoce como alimentación emocional, y se produce porque una amenaza induce al cerebro a querer este tipo de alimentos, segun desvela una nueva investigación.

Una investigadora del Instituto Politécnico y Universidad Estatal de Virginia, Virginia Tech, ha identificado una molécula que se encuentra en una región cerebral llamada el hipotálamo, y que está relacionada con los cambios cerebrales que conducen a comer en exceso por motivos emocionales. Sora Shin, profesora asistente en el Instituto de Investigación Biomédica Fralin en VTC, y su equipo de investigación describió el descubrimiento en un artículo publicado en Nature Communications.

"No siempre comemos porque tenemos hambre y ciertas necesidades físicas", ha indicado Shin, quien también es profesora asistente en el Departamento de Nutrición Humana, Alimentos y Ejercicio en la Facultad de Agricultura y Ciencias de la Vida de Virginia Tech. "Cuando nos estresamos o sentimos alguna amenaza, también puede disparar nuestra motivación para comer. Creemos que esta molécula es la culpable", ha destacado.

 

Una investigación explica por qué cuando estamos estresados nos pegamos atracones de comida basura

 

Shin y su equipo de investigación comenzaron investigando una pequeña molécula muy común en múltiples partes del cerebro, la proencefalina. Aunque previamente, pocas investigaciones habían examinado su papel en el hipotálamo, Shin sospechaba que desempeñaba un rol importante en el estrés y la malimentación, pues esta zona del cerebro regula el comportamiento alimentario. 

El laboratorio expuso ratones al olor de las heces de gato. El olor de un depredador natural desencadenó una respuesta de amenaza en los ratones y, 24 horas después, los ratones mostraron un estado emocional negativo, una conducta alimentaria excesiva y las neuronas de sus cerebros mostraron sensibilidad al consumo de alimentos ricos en grasas.

Para confirmar el papel de la molécula en la alimentación inducida por el estrés, los investigadores activaron artificialmente las mismas neuronas con luz que estimulaba una molécula codificada genéticamente y expresada en la membrana de la célula neuronal, sin el olor del depredador, y observaron una respuesta similar. Además, cuando expusieron a los ratones al olor a gato y silenciaron la reacción de las neuronas que expresaban esa molécula con la misma técnica, los ratones no mostraron ningún estado emocional negativo y no comieron en exceso. "Así que algo en esta molécula en sí es muy crítico para inducir el consumo excesivo después de la amenaza", ha señalado Shin.

El descubrimiento apunta hacia una posible diana terapéutica para aliviar la alimentación desencadenada por emociones. "Nos queda mucho por aprender sobre esta molécula", asegura Shin, "pero hemos encontrado su ubicación y podría ser un buen punto de partida".

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