El mundo de los sueños es todo un reto para la comunidad científica. Durante décadas ha existido un gran debate en torno a este tema, que a día de hoy continúa. Ahora, una nueva investigación ha descubierto que el movimiento de ojos que se produce mientras indica que estamos mirando las imágenes oníricas que nuestros cerebros han creado.
Esas imágenes nos parecen reales porque el cerebro las analiza con las mismas neuronas que procesan la vigilia, hasta que la información sensorial nos despierta.
Cuando nuestro ojos se mueven es porque estamos mirando cosas del mundo que nuestro cerebro ha creado, aseguran los investigadores de la Universidad de California en San Francisco. La investigación permite entender mejor cómo soñamos y cómo funciona nuestra investigación mientras dormimos.
El sueño REM se llama así por lo movimientos oculares que se producen mientras dormimos, y donde se producen los sueños. Los hallazgos demuestran que los movimientos oculares que ocurren mientras dormimos no son aleatorios, sino que están coordinados con lo que sucede en el mundo de los sueños.
El equipo de Massimo Scanziani descubrió que en los ratones tanto durante el sueño como la vigilia, son las mismas zonas del cerebro las que procesan la información del entorno y de los sueños: “Este trabajo nos da una idea de los procesos cognitivos que ocurren mientras el cerebro está dormido y, al mismo tiempo, resuelve un rompecabezas que ha despertado la curiosidad de los científicos durante décadas”, señala Scanziani.
En el siglo XX se creía que los movimientos REM podrían estar siguiendo escenas que aparecen en el mundo de los sueños, pero no se podría comprobar.
Los experimentos que se basaban en la observación de la dirección de los ojos de los soñadores, para posteriormente despertarlos para preguntarles dónde estaban mirando en el sueño, eran contradictorios.
Hasta ahora se ha considerado que los movimientos REM eran acciones aleatorias que se producían para mantener los párpados lubricados.
Los movimientos oculares
Scanziani, junto a Yuta Senzai han despejado la duda de los movimientos oculares gracias a la observación de las células llamadas de "dirección de la cabeza" en los cerebros de los ratones mientras dormían, cuando experimentaban el sueño REM.
Las células de dirección de la cabeza (células HD) son unas neuronas que se encuentran en varias áreas del cerebro y que se encargan de procesar la informción del entorno. Esto no depende del campo magnético de la Tierra, sino de los puntos de referencia y de señales de movimiento propio. Por lo tanto, estas neuronas HD hacen el papel de brújula, y ayudan al animal a orientarse en su entorno.
Estas neuronas se han descubierto en ratas, monos, ratones, chinchillas y murciélagos, pero se cree que son comunes a todos los mamíferos.
Al parecer, las células HD representan el sustrato neural del rumbo direccional que el organismo percibe de su entorno, y las que permiten navegar de forma más precisa en el espacio.
Para esta investigación, los expertos analizaron el sistema de dirección de la cabeza (HD) del tálamo del ratón, una serie de neuronas que mientras el ratón está despierto informa de su percepción real mientras exploran su entorno y, en ratones dormidos, de su percepción virtual mientras hacen lo mismo.
El equipo registró en tiempo real los datos de las células HD sobre las direcciones de la cabeza del ratón, y las comparó con sus movimientos oculares durante el sueño.
Así puedo descubrir que la dirección de los movimientos oculares estaba alineada con lo lo que indicaba la brújula interna del ratón durante el sueño REM, al igual que ocurre cuando el ratón está despierto y moviéndose.
Los movimientos oculares están coordinados con lo que ocurre en el mundo virtual de los sueños del roedor, lo suficiente para dar por concluida la investigación. Esto quiere decir que las neuronas que se activan durante el sueño son las mismas que actúan durante la vigilia.
El experto explica que aunque nosotros procesamos las imágenes del sueño con las mismas neuronas de la vigilia, mientras dormimos podemos combinar estas imágenes naturales con otras imposibles (por ejemplo si soñamos que volamos).
Pero, ¿cómo es posible? Porque mientras dormimos no hay entradas sensoriales que nos devuelvan a la realidad, y por eso según Scanziani, el sueo es un mundo falso pero perfectamente armonioso.
Aún queda misterio por resolver
Sin embargo, todavía no se sabe cómo estas regiones del cerebro trabajan juntas para producir esta capacidad generativas de cosas imposibles que nosotros aceptamos como normales.
“Es importante comprender cómo se actualiza el cerebro en función de las experiencias acumuladas”, precisa.
"Comprender los mecanismos que nos permiten coordinar tantas partes distintas del cerebro durante el sueño nos dará una idea de cómo esas experiencias se vuelven parte de nuestros modelos individuales de lo que es el mundo y cómo funciona", concluye Scanziani.
Sobre el autor:
Laura Moro
Laura Moro es graduada en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid, y está especializada en temas de salud y género. Su trayectoria profesional comenzó en Onda Cero Talavera.