Juan María León
Sociedad
Descubren una proteína con efectos protectores contra el alzhéimer
La proteína ABCA7 interactúa con el colesterol y el desarrollo de la enfermedad neurodegenerativa
Un estudio realizado por un grupo de investigadores de la Universidad de Temple en Filadelfia ha descubierto una nueva pista para desarrollar un tratamiento contra la enfermedad de Alzheimer. Este estudio se ha realizado en una proteína llamada ABCA7, que reacciona con el colesterol y la inflamación en distintos tipos de células cerebrales humanas.
Además, esta proteína regula cómo las moléculas atraviesan las membranas de las células. La investigación sugiere que tener unos niveles reducidos de esta proteína ABCA7 podría tener como consecuencia el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer.
Ha habido investigaciones previas sobre esta proteína, en los que han participado dos de los autores de este estudio, y estas revelaron que los niveles de ABCA7 disminuyen en el cerebro conforme avanza la edad y las personas con niveles más bajos son las que tienen mayor probabilidad de desarrollar alzhéimer.
“Nuestro objetivo (con el nuevo estudio) fue revelar las funciones de ABCA7 y utilizar lo que aprendemos sobre su papel en patología para convertirlo en una terapia eficaz contra la enfermedad de Alzheimer”, dijo el neurocientífico Joel Wiener, autor del artículo, que ha sido publicado en la revista científica Cells.
El grupo de investigación ha realizado una serie de experimentos en los que, después de eliminar parte del colesterol en las células del cerebro, se trató a estas células con una medicación que inhibe la producción de colesterol, llamada rosuvastatina.
Una vez se redujo el colesterol en un rango que oscilaba entre la mitad y tres cuartas partes del nivel normal, se observó una disminución del 40% en los niveles de ABCA7 en las líneas celulares de microglía y un 20% en una línea celular de astrocito, un tipo de célula cerebral.
Además, se administraron tres diferentes citoquinas, unas proteínas secretadas por nuestras células inmunes y que desencadenan la inflamación a las líneas celulares cerebrales. En el caso de las microglías, dos de las citoquinas suprimieron la expresión de ABCA7, mientras que la tercera no tuvo ningún impacto. Ninguna de las tres provocó cambios en los niveles de ABCA7 en los astrocitos ni las neuronas.
Por otra parte, es posible que la pérdida de la proteína ABCA7 en la enfermedad de Alzheimer se produzca por un cambio repentino en el metabolismo del colesterol o una respuesta inflamatoria. La inflamación puede dar la impresión de ser una bajada temporal de los niveles de la proteína, pero puede pasar a ser un problema si no se resuelve a tiempo.
Nicholas Lyssenko, un neurocientífico, ha afirmado que el mayor reto es mediar los niveles de la proteína en el cerebro de los seres humanos vivos. “Si lo conseguimos, podríamos verificar si la inflamación suprime la ABCA7 en el cuerpo humano”.
El neurocientífico también añadió que un testeo efectivo de los niveles de esta proteína en el cerebro puede servir para identificar a individuos con una mayor probabilidad de padecer alzhéimer y desarrollar nuevas terapias basadas en la proteína ABCA7.
Otras proteínas que pueden ayudar a tratar el alzhéimer
La revista Science Traslational Medicine publicó en el año 2019 un estudio que identificó que los altos niveles de una proteína, la TREM2, predice un mejor pronóstico en pacientes con alzhéimer.
La investigación confirmó que los pacientes que tienen un nivel elevado de esta proteína presentaron un menor deterioro cognitivo y una menor atrofia cerebral. En relación con los resultados, los investigadores del estudio propusieron esta proteína como una posible vía de estudio para el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer.
Por otra parte, los resultados de otra investigación, publicada en la revista Science en 2023, revelaron que la proteína TREM11, otra proteína cuyos niveles son bajos en las personas con alzhéimer, tiene un papel importante en la eliminación de proteínas tau causantes de las enfermedades neurodegenerativas.
El estudio confirmó que la proteína TRIM11 redujo el deterioro cognitivo en roedores con enfermedades neurodegenerativas parecidas a la enfermedad de Alzheimer.