La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que actualmente hay más de 55 millones de personas en el mundo que tienen alzhéimer u otro tipo de demencias. Una cifra que, según la BrightFocus Foundation, seguirá aumentando los próximos años, alcanzando los 74,7 millones en 2030, y los 131,5 millones en 2050.
En España, según la Sociedad Española de Neurología, unas 800.000 personas tiene alzhéimer, que es, además, el tipo de demencia más común.
Con estas cifras tan elevadas, la necesidad por encontrar una manera de revertir los efectos o incluso evitarlos, es cada vez mayor. Recordemos, que esta enfermedad neurodegenerativa, interfiere en la memoria, el pensamiento y el comportamiento de las personas que padecen este tipo de demencia. Normalmente, los síntomas aparecen y se desarrollan lentamente y empeoran con el tiempo hasta llegar a interferir con la vida y las tareas cotidianas de las personas.
Las pacientes con esta patología no solo se olvidan de hacer las tareas del día a día, como decíamos anteriormente, también pierden la capacidad de reconocer objetos y personas, y en los estados más avanzados pueden olvidarse de comer, masticar o incluso caminar.
Las dos personas 'inmunes al alzhéimer'
Teniendo en cuenta todo lo anterior, la comunidad científica no para de investigar en nuevos fármacos o tratamientos, y en esta búsqueda, podría haber dos personas que tuvieran la respuesta. Se trata de las dos únicas personas que según los estudios son 'inmunes' a esta patología.
Si hace cuatro años se conoció el caso de Aliria Rosa Piedrahíta, ahora, la revistaNature Medicineha publicado otro ejemplo. Se trata de un hombre de 67 años portador del gen RELN, H3447R.
El hombre en cuestión pertenece a una familia colombiana extendida de unas 6.000 personas, portadora de una mutación genética que le habría hecho desarrollar alzhéimer a los 40 años, y que, sin embargo, no presentó síntomas hasta casi los 70 años.
"Hemos caracterizado el segundo caso del mundo con una resistencia extrema comprobada a la enfermedad de Alzheimer autosómica dominante (ADAD). Las comparaciones de este caso masculino y el caso femenino reportado anteriormente con homocigoto ADAD para la variante APOE3 Christchurch (APOECh) nos permitieron discernir las características comunes", explican los autores que pertenecen al grupo multidisciplinar de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, Centro Médico Universitario de Hamburgo-Eppendorf y el Grupo de Neurociencias de la Facultad de Medicina, de la Universidad de Antioquia en Medellín (Colombia).
"El hombre permaneció cognitivamente intacto hasta los 67 años de edad a pesar de tener una mutación PSEN1-E280A. Al igual que el portador de APOECh, tenía una carga de placa amiloide extremadamente elevada y una carga limitada de enredos Tau entorrinal. No llevaba la variante APOECh", aseguran. Esta mutación en cuestión, hace que las personas portadoras desarrollen esta enfermedad de manera precoz.
Al parecer, y tal y como explican los autores, el hombre "completó 5 años de educación formal en su país de origen (Colombia) y trabajó hasta que se jubiló a principios de los 60 años. Estaba casado y tenía dos hijos. La primera evaluación cognitiva a los 67 años reveló habilidades limitadas de aprendizaje verbal y dificultades lingüísticas en el contexto de la independencia funcional. El paciente fue diagnosticado con MCI, caracterizado por la memoria a corto plazo y la disminución de la fluidez verbal a los 70 años".
Dos años más tarde, su capacidad para hablar se había deteriorado más, y presentaba demencia leve. Un año más tarde, necesitaba ayuda para poder realizar las actividades básicas de la vida diaria, y un año más tarde, con 74 años, falleció por neumonía por aspiración.
Tras su muerte, la familia decidió donar su cerebro a la ciencia, y se sometió a exámenes de neuroimagen. Los resultados se compararon con los de su hermana, que a los 72 años presentaba demencia en etapa terminal: "Nuestros análisis genéticos confirmaron que el individuo era un portador de heterocigotos de la mutación PSEN1-E280A (confirmada por la secuenciación de ARN unicelular (scRNA-seq), descartó la presencia de la mutación APOECh (el individuo era APOE3/APOE3 y tenía un perfil La variante RELN-COLBOS solo se encontró en el individuo y su hermana, que también tuvieron un deterioro cognitivo de inicio tardío. Ambos eran APOE3/APOE3", explican en el estudio.
Su hermana, también era portadora de esta mutación, y como se comentaba anteriormente, presentó demencia grave antes que su hermano. En concreto, el estudio explica como la familia les aseguró que la mujer tuvo hipotiroidismo, hipertensión, depresión y deterioro cognitivo a los 58 años, y demencia a los 61 años.
Eso sí, según han averiguado, estaba menos protegida que su hermano, y por eso su deterioro cognitivo comenzó antes.
Proteínas protectoras
Por el momento, lo que tienen en común las dos personas 'inmunes' a esta enfermedad es que ambas eran portadoras de la mutación PSEN1. Además, se dieron cuenta de que había una agregación limitada de la proteína tau en la región cerebral que más se ve afectada en las primeras fases del alzhéimer.
La investigación, que ha analizado los datos clínicos y genéticos de 1.200 personas de Colombia que portan la mutación PSEN1 y están predispuestas a ADAD, se centró en "la variante RELN-COLBOS porque se clasificó entre los tres principales genes candidatos en el análisis de puntuación de prioridad del Genomizer", aunque también descubrieron otras, que aún deben estudiar más para determinar cómo influyen.
Los autores de esta investigación creen que esta variante codifica la proteína reelina, clave en la función de las células cerebrales, por lo que creen que podría usarse para limitar la proteína tau.
A pesar de este descubrimiento, los autores son cautos y creen que aún hacen falta más pruebas para comprobar el poder de este variante. Y por eso, el equipo continuará investigando a este tipo de pacientes para poder desarrollar un tratamiento que active esta vía protectora, y poder afirmar con exactitud que las proteínas Apoe y reelina son capaces de proteger al ser humano de desarrollar esta enfermedad neurodegenerativa.
Sobre el autor:
Laura Moro
Laura Moro es graduada en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid, y está especializada en temas de salud y género. Su trayectoria profesional comenzó en Onda Cero Talavera.