Las personas que han sufrido de infecciones leves de Covid-19 pueden sufrir diferentes complicaciones de salud después de meses, o incluso años después de la infección.
Investigadores del Intermountain Health, en Estados Unidos, en un esfuerzo por cuantificar el significado del Covid persistente para determinados pacientes, han realizado un estudio basado en casi 150.000 personas. Se descubrió que los pacientes que dieron positivo presentaban tasas más elevadas de dolor torácico después de seis meses o un año después de la infección.
"Muchos pacientes con COVID-19 experimentan síntomas mucho más allá de la fase aguda de la infección. Aunque no observamos tasas significativas de acontecimientos importantes como infarto de miocardio o ictus en pacientes que presentaban una infección inicial leve, sí observamos que los dolores torácicos eran un problema persistente, lo que podría ser un signo de futuras complicaciones cardiovasculares”, afirmó Heidi T. May, doctora en epidemiología cardiovascular de Intermountain Health e investigadora principal del estudio.
Para conseguir estos resultados, los investigadores separaron a los pacientes de Intermountain Health en tres grupos: por un lado, 148.158 personas mayores de 18 años que dieron positivo en prueba de Covid y fueron tratados entre marzo del 2020 y diciembre del 2021, por otro lado, 148.158, pacientes Covid negativos de la misma edad y el mismo sexo, que fueron atendidos en los mismos meses que los positivos, y finalmente, la misma cantidad de pacientes atendidos entre enero del 2018 y agosto del 2019, para dar cuenta de cómo los pacientes accedieron a la atención sanitaria durante la pandemia.
El equipo investigador descubrió que los pacientes positivos de Covid, con intervalos de seis meses a un año, tuvieron tasas significativamente más altas de experimentar dolor en el pecho, pero no se observaron otros problemas cardiovasculares.
“En este momento, los síntomas no se traducen necesariamente en resultados concretos, pero eso es algo que habrá que volver a evaluar con el tiempo. Podría ser que los efectos duraderos de la infección en el sistema cardiovascular sean difíciles de cuantificar en términos de diagnósticos u otros acontecimientos a corto plazo y no se aprecien hasta un seguimiento más prolongado”, señala la doctora Heidi May.
Sobre el autor:
Stefano Traverso
Stefano Traverso es licenciado en Ciencias de la Comunicación en la USMP de Perú; con un máster en Marketing Digital & E-commerce en EAE Business School de Barcelona. Ha trabajado en diferentes medios de comunicación en Perú, especializándose en deporte, cultura y turismo.