La soledad no deseada se ha convertido en la actualidad en un problema social de gran importancia. Así lo consideran cerca del 93% de los españoles, tal y como reflejaba un estudio realizado por el Instituto Santalucía (@santalucia_inst), plataforma de investigación y debate del Grupo Santalucía. Es más, el informe realizado conjuntamente por 65YMÁS y Comscore, en colaboración con Comunicas, consultora de comunicación especializada en Economía de la longevidad, Los sénior, un colectivo injustamente olvidado por las marcas, revelaba que la soledad es una de las principales preocupaciones de los sénior.
Este primer Informe sobre la soledad no deseada en adultos mayores, liderado por la investigadora Josefa Ros Velasco (@JosefaRosUCM), miembro del Foro de Expertos del Instituto Santalucía, destaca a su vez que el 13,4% de la población española ha sufrido soledad no deseada durante el año 2023. Y que son las mujeres quienes más sufren este problema (un 14,8% frente al 12,1% de los hombres).
No es lo mismo leer unas cifras que oír cómo es realmente esa soledad no deseada, cómo afecta en el día a día, también en la noche. "Estoy solina", explicaba en este sentido María, una mujer asturiana que el próximo mes de marzo cumplirá 83 años, a COPE Asturias.
Se trata de un caso claro de soledad no deseada, que además se da teniendo familia, y es que María tiene hijos, pero no viven con ella, "están fuera de aquí, cada uno a su vida, no viene nadie". Admitía así que solo tiene a "las chicas de la ayuda a domicilio, que gracias a ellas llevo tantos años que me cuidan. Son tan buenas. Es una delicia".
Las noches son difíciles de llevar, contaba, "a veces tengo miedo de noche", afirmaba, mostrándose resignada con esta situación: "Pero, ¿yo qué voy a hacer? No tengo otra vida que esta". María lamenta su soledad: "No hay nadie, no hay hijos, no hay igual" a una madre, añadía, destacando un refrán que dice: "Hace más una madre para 100 hijos, que 100 hijos para una madre".
Desde hace 10 años, y después de "trabajar mucho, hasta los 70 años", María también tiene que lidiar con un "70% de minusvalía". También le cuesta caminar, por lo que los días tampoco se hacen más agradables, sobre todo cuando se asoma a la calle y ve a otra gente a la que acompañan sus hijos, mientras ella está sola. "Eso es una tristeza muy grande", lamentaba, es algo que "no hay cosa que lo pueda pagar".
Y es que, para María, en su situación, asegura que "no hay mejor cosa que la compañía, eso el que sea joven y va a llegar a lo nuestro, va a verlo". "Está ahí a la orden del día", añadía en relación a esa soledad que sufre, al igual que muchas otras personas. Sin embargo, y a pesar de todo, para María "lo más triste" es cerrar la puerta al final del día y acordarse de todo, "de que estás sola y de que te mueres". "Cualquier día no llego a por la mañana, pero es igual, porque como no tengo a nadie, qué más me da", añadía.
El duro caso de María no es único, y probablemente haya muchos más con el paso del tiempo. Y es que, según la Proyección de Hogares 2022-2037 del Instituto Nacional de Estadística (INE), los hogares en los que vive una sola persona mostrarían el mayor incremento en los próximos 15 años, llegando a 6,5 millones de hogares unipersonales en 2037 (el 29,8% del total), un 27,3% más que a principios de 2022. De esta forma, el número de personas que viven solas pasarían a representar el 12,5% en 2037 de la población total, frente al 10,7% en 2022.