Desmontando los riesgos de los 'viejennials' al volante

Uno de los grandes retos de las sociedad actuales es el envejecimiento de la población. En julio de 2019, un 19,5% de la población española tenía más de 65 años, un porcentaje que podría aumentar hasta el 32% en 2050. A esto hay que sumarle la inversión demográfica: en 1971 había 9.459.639 personas de 0 a 14 años y 3.290.672 mayores de 65 años. Mientras que en julio de 2019 los datos eran muy diferentes: había 6.889.425 menores de 14 años y 9.192.646 mayores de 65. Y esto también se ve en los conductores: los mayores de 64 años eran 2.224.218 (el 9,4%) en 2008. Mientras que en  2019 se contabilizaron 4.175.612 (15,5%).

La demógrafa Pilar Zueras, investigadora del Centre d’Estudis Demogràfics, afirma que estas estimaciones a largo plazo solo cambiarán por la evolución de las migraciones, ya que la pandemia del coronavirus solo afectará a los próximos 2 o 3 años. La demógrafa asegura las pautas de movilidad y de ocio cambian con las generaciones, y en los próximos años habrá más conductores mayores, sobre todo mujeres.

‘Viejennials’ 

Hasta ahora, una persona se consideraba mayor cuando llegaba a la edad de jubilación, los 65 años. Sin embargo, el aumento de la esperanza de vida ha cambiado esta creencia. Si en 1990 la esperanza media de vida era de 77 años, ahora es de 83. El cambio demográfico ha hecho que surja una nueva tribu, los 'viejennials', 'yolds' (simplificación de ‘young old’) o ‘generación silver’.

Para la profesora de Sociología de la Universidad Europea de Madrid, Fátima Gómez Sota, el concepto de "persona mayor" se ha retrasado hasta los 80 años. Según explica a la DGT, las personas de entre 60 y 80 años siguen estando activas, porque “gozan de buena salud, tienen una calidad de vida aceptable y capacidad adquisitiva, porque son consumidoras de un ocio activo y de calidad”.

Experencias personales

La DGT entrevistó a la periodista Rosa María Calaf (76), miembro del Comité Editorial de 65Ymás y conductora habitual desde "hace mil años", que no ha necesitado cambiar su forma de conducir porque siempre ha sido muy prudente, y se muestra a favor de las innovaciones tecnológicas en el mundo del motor, siempre y cuando se utilicen bien. Además, Calaf que no tiene pensado dejar de conducir, prefiere aparcar en la ciudad, y desplazarse a pie o en transporte público, aunque a raíz de la pandemia "creo que solo he cogido tres veces el autobús".

Por otro lado, Tomás Menéndez (89) antes de la pandemia conducía todos los días, procurando que en invierno los trayectos fueran más cortos. Asegura que a la hora de conducir es muy cuidadoso, y que siempre respeta los límites de velocidad, y está pendiente de lo que hagan los demás conductores.

María Paz López (77) usa tanto el coche "que si algún día dejo de conducir tendría que ir primero al psicólogo", comentó con humor a la DGT. Planifica sus viajes en función de la luz y la oscuridad, y se atreve con trayectos largos. Su coche es automático, y según cuenta no le ha costado adaptarse a las nuevas tecnologías.

Seguridad vial para mayores

Una de las creencias más populares es que los mayores suponen un riesgo al volante. Pero los datos indican otra cosa: en 2018 el número de conductores heridos y fallecidos indica que, los mayores tienen un 12% de probabilidad menos de cometer una infracción que los conductores de 45-65 años.

Por otro lado, el reto de la sociedad es garantizar que las personas mayores se muevan de forma segura, para lo que pedagoga de la DGT García Egido asegura que es necesario "conocer su entorno social y adaptarse a sus hábitos para intervenir de forma más eficaz”. Y por eso la DGT imparte un curso gratuito de Prevención de Accidentes de Tráfico y Lesiones en Personas Mayores a través de la plataforma Aula Abierta.