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La longevidad, entendida como la esperanza de vida de los individuos, viene registrando un aumento casi lineal desde hace más de un siglo en todos los países. España, con una esperanza de vida media superior a los 82 años, lucha actualmente por el podio de la longevidad mundial, siendo el cuarto país en el que más años se vive, igualado con Australia y sólo superado por Japón, Suiza y Singapur. Los avances en el sector sanitario, farmacéutico y científico-tecnológico han hecho que la esperanza de vida haya mejorado en el último siglo a un ritmo de cuatro años por década o, lo que es lo mismo, 10 horas cada día, tal y como se desprende del informe El reto de la longevidad en el siglo XXI: cómo afrontarlo en una sociedad en cambio del Instituto Santalucía (@santalucia_inst) y Afi Escuela de Finanzas (@Afi_es). De hecho, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), cerca del 20% de la población tiene 65 años o más y, en 2033, este grupo de población supondría más de una cuarta parte del total.
Con una población cada vez más envejecida, los 65 años se desdibujan cada día que pasa como un umbral que marca el paso de una edad a otra, la llamada, quizá hoy ya impropiamente, 'tercera edad'. Una edad que, alrededor de 1900, cuando se generalizaron en occidente los sistemas de Seguridad Social, también se denominaba la 'gran edad'. Ahora, esa última etapa de la vida habría que situarla en la horquilla de los 81-91 años, que es el equivalente de los 65 años en 1900.
En este sentido, cabe destacar que la población mayor de 85 años ha crecido en más de medio millón de personas en la última década en España, hasta contabilizar 1,4 millones. Igualmente, el número de centenarios españoles se ha duplicado en los últimos diez años, superando las 15.000 personas a finales de 2017. En efecto, España es uno de los países con mayor porcentaje de población centenaria, y no parece que el aumento de este sector poblacional se vaya a detener. Y es que, según las proyecciones del INE, en el año 2066 habrán soplado cien velas o más 222 mil personas.
La esperanza de vida saludable
El envejecimiento, entendido como el proceso de deterioro de la respuesta funcional de los diversos órganos y sistemas de un organismo, viene determinado en cada caso por la genética, los sistemas colectivos de salud y los estilos de vida de los individuos. Por tanto, no todo el mundo envejece de la misma manera, y prueba de ello es la distancia que marca la denominada esperanza de vida saludable en cada país. Este indicador, definido por la OMS como el equivalente de años de vida que se espera que vivan los individuos con buena salud, supone en promedio mundial, 10 años menos que la esperanza de vida. En este apartado, España desciende al noveno puesto, siendo también superado –además de por Japon, Singapur y Suiza– por Corea del Sur, Israel, Italia, Islandia y Francia.
Las condiciones de salud tan dispares que concurren en el mundo provocan que –en promedio– los países con mayor esperanza de vida saludable la disfruten 26 años más que aquellos que registran las peores cotas de salud (todos en África). De este grupo, Sierra Leona (uno de los principales afectados por la epidemia de ébola) es el que tiene una menor esperanza de vida saludable con 44,4 años de media.
A pesar de las diferencias geográficas, lo cierto es que la esperanza de vida saludable también ha avanzado de manera notable en las últimas décadas. Ha pasado de 58 años en promedio mundial en el año 2000, a los 63 años en 2015, permitiendo que nos hagamos mayores más saludablemente. La gran incógnita es si podrá mantenerse ese nivel de mejora, puesto que existe un amplio espectro de variables y avances médicos (en áreas como las enfermedades cardiacas, que son la causa del rápido aumento actual de la esperanza de vida) y, por el momento, este ritmo de mejora no da señales de desaceleración.
En efecto, el destacado incremento de la esperanza de vida que tuvo lugar en el siglo XX fue consecuencia de unos descubrimientos médicos y científicos en su mayor parte no imaginados hace 100 años. De ahí que como objeto de investigación, la longevidad humana es un tema muy amplio que vislumbra previsiones de mejoras futuras sustanciales.
Una jubilación más tardía
Teniendo en cuenta que España es y será cada vez más longeva, la perspectiva de retrasar la edad de jubilación está encima de la mesa y la mayoría de los españoles lo tienen asumido. En concreto, el 88,3% cree que en los próximos años se continuará trabajando más allá de los 65 años, tal y como se desprende de la última encuesta realizada por el Instituto Santalucía (@santalucia_inst) sobre Jubilación y Hábitos de Ahorro de los españoles.
A la hora de contar con perfiles sénior en las empresas, los españoles lo tienen claro: 9 de cada 10 encuestados (89,9%) opina que las personas de mayor edad pueden aportar mucho en el mercado laboral. De hecho, para 8 de cada 10 (80,2%) encuestados, los mayores de 65 años pueden contribuir con su experiencia y conocimiento, mientras que para el 57,1% este tipo de perfiles cuenta con la capacidad de formar a otros empleados más jóvenes. Por su parte, el 31% opina que tienen una mayor capacidad de resolución y, para el 17,3%, una mejor capacidad de adaptación.
¿Cómo creen los españoles que será su jubilación?
Muchos son conscientes de que acabarán superando los 65 años para jubilarse, no solo porque la reforma de 2013 establece el progresivo retraso del retiro laboral hasta los 67 años para 2027, sino también por el aumento de la esperanza de vida, gracias a los avances médicos, científicos y tecnológicos con los que contamos actualmente.
Legue cuando llegue, no cabe duda que la jubilación es un momento que gran parte de la población anhela para hacer todo aquello que no han podido realizar durante su vida laboral. De hecho, tres de cada cuatro españoles (76%) afirma que llevarán a cabo nuevos proyectos personales cuando se jubilen y el 81,7% señala que será una etapa activa de su vida. Pasar más tiempo con los seres queridos también es un objetivo para el 85,8%. Sin embargo, más de la mitad (51,9%) cree que la salud física o mental será un impedimento para hacer todo aquello que hacían antes. Otro de los datos que llaman la atención de la encuesta es que una cuarta parte de los españoles (26,1%) admite que su propósito durante sus años dorados es no hacer absolutamente nada.
¿Qué harías si supieras que vas a vivir 100 años?
Ante este incremento de la esperanza de vida, y sabiendo que es más que probable que alcancemos (e incluso superemos) la barrera de los 100 años, la mayoría de los españoles cambiarían algunos aspectos de su vida si supieran que van a vivir más de un siglo. Más de la mitad (51,6%) reconoce que cuidarían más su alimentación y harían más ejercicio y, además, tratarían de vivir con menos preocupación (51%). Los momentos de ocio también cobrarían mayor relevancia, ya que el 46,8% reconoce que viajaría mucho más. Tan solo un 14% no cambiaría nada.
"Estamos viviendo de promedio más que nuestros padres y que nuestros abuelos, y nuestros hijos y sus hijos vivirán aún más. Sin duda, esto es una excelente noticia y debemos aprovechar al máximo este regalo", señala José Manuel Jiménez, director del Instituto Santalucía, que añade que "asistimos a una transición demográfica sin precedentes que conllevará importantes cambios en las estructuras sociales y económicas, por lo que es fundamental estar bien preparados para ello".
Asimismo, Jiménez destaca un dato sorprendente de la encuesta, referido al ahorro: "Llama la atención que solo 3 de cada 10 encuestados admitan que ahorrarían más si supieran que fueran a vivir más de 100 años cuando el momento de la jubilación y el bienestar en esta etapa constituyen uno de los grandes desafíos a los que nos enfrentamos como sociedad y donde una buena planificación resultará clave".