Paula Buedo
Sociedad
Las diferencias entre padecer depresión y demencia, dos problemas de salud relacionados
Estas son las claves para diferenciarlas y sus tratamientos
El diagnóstico adecuado es de vital importancia para poder poner remedio al deterioro que la salud sufre con la edad. Entre algunas de las enfermedades más habituales están la depresión y demencia, cuyos síntomas, aunque difieren, en ocasiones pueden mezclarse y dificultar la correcta identificación.
Para aprender a diferenciarlas, la doctora Marta Canino, experta en Geriatría, apunta a algunos elementos clave. Depresión y demencia son dos enfermedades con causas distintas y, como consecuencia, tratamientos adaptados a cada una.
En primer lugar, la depresión es un problema de salud mental. Este trastorno del estado de ánimo se manifiesta en una pérdida de esperanza en el futuro, tristeza y, en los casos más graves, puede contemplarse la idea del suicidio. “Las personas mayores suelen hablar menos de lo que sienten y, a veces, resulta complicado llegar al fondo de la cuestión”, explica la doctora Canino a 65YMÁS.
Sin embargo, la demencia es una enfermedad degenerativa neurológica. En este caso, el aspecto más afectado es la memoria reciente. Al contrario que en el caso de la depresión, que también puede provocar algunos olvidos, los mayores que padecen demencia no son conscientes del desgaste de su memoria. Según la experta, “suele darse cuenta el entorno antes que ellos mismos de que las padecen”.
No obstante, a pesar de que son enfermedades muy distintas, no siempre es tan sencillo distinguir ante cuál de ellas se está en cada caso. Son dos problemas muy relacionados entre sí que, en ocasiones, pueden retroalimentarse. “Una persona que empieza a ser consciente de que tiene una demencia se deprime y la propia depresión aumenta el riesgo de padecer demencia”, explica.
El asesoramiento profesional es imprescindible para un correcto diagnóstico y tratamiento. En el caso de la demencia, hay fármacos específicos para cada situación. Si se trata de un problema de depresión, el tratamiento consiste en proporcionar apoyo psicoterapéutico y fármacos antidepresivos con dosis ajustadas al metabolismo de una persona mayor.
Además del apoyo de expertos y profesionales de la medicina, la doctora Marta Canino también subraya la importancia de un círculo de apoyo cercano y de “confiar en la familia y seres queridos a la hora de decidir consultar con un especialista”.
Estos son los signos de alerta
El entorno desempeña un papel fundamental para detectar cambios sospechosos en el comportamiento de sus mayores. “Deben estar atentos, sobre todo, a cambios en su conducta y a los famosos olvidos”, señala la doctora.
En los primeros momentos de la demencia, se empiezan a tener olvidos graves o pueden perderse en la calle. Si esto ocurre, se debe consultar a un especialista. En el caso de la depresión, hay que fijarse en cambios como alteraciones en la forma de comer, si dejan de dedicar tiempo a sus aficiones o si comentan a menudo que son “estorbos”.
Otro signo de alerta, en este caso más grave, es ver cosas que no existen. Si la persona empieza a tener alucinaciones o sufre episodios de paranoia, como que los demás quieren hacerle daño o envenenarle la comida, el entorno debe consultar con urgencia a un profesional para obtener un diagnóstico experto.
Otros cuidados fundamentales
La red interpersonal que rodea a las personas mayores es fundamental para su bienestar. Tener un entorno que conozca los riesgos que se agudizan con la edad es un factor importante para reaccionar ante un problema. Así lo demuestra la experiencia de Marta, que vivió cómo un familiar sufría un ictus. Días antes de este episodio, ella había tenido una conversación sobre cómo actuar con una persona que fue testigo. “Gracias a nuestra conversación supo identificar rápidamente los síntomas y activar a emergencias”, recuerda.
Ahora, la doctora ha puesto a disposición de todo el mundo un taller gratuito online para familiares de personas mayores. En este taller, informa sobre cómo hacer frente a situaciones difíciles hasta la llegada del personal sanitario. “Aunque doy pautas para identificar estos problemas, el primer paso siempre será activar al número de emergencias (112)”, puntualiza.
“El tiempo determina la evolución del paciente”, explica. La reacción del entorno presente en el momento crítico y la velocidad con la que se avise al personal de emergencias determinará la posibilidad de supervivencia o las secuelas que queden. Por ejemplo, cuenta que, a día de hoy, su familiar puede hacer vida normal sin apenas secuelas. “Quiero eso para los que accedan al taller, para que más gente lo sepa aplicar”, reflexiona.
Su interés por la Geriatría viene de su historia personal. Su abuela fue un ejemplo de vejez plena y le hizo ser consciente de la importancia que tiene la familia y el cuidado en esta etapa para que todo el mundo pueda tener esta experiencia. “Creo en una vejez activa y en lo que pueden aportar las personas mayores al mundo”, sentencia.