Paula Buedo
Sociedad
Cuándo acudir al psiquiatra y cuándo a un psicólogo
Diferencias entre psicólogos y psiquiatras
La salud mental ha dejado de ser un tabú que esconder. Poco a poco, cada vez más personas se preocupan por cuidar de su mente de la misma manera que velamos por nuestro cuerpo.
A veces, cogemos resfriados, nos rompemos algún hueso o necesitamos atención médica. Lo mismo puede ocurrir a nivel mental. La vida puede complicarse y traer problemas psicológicos o, sencillamente, ponernos en situaciones en las que el apoyo profesional sea necesario para eliminar aquello que impide desarrollar las rutinas cotidianas.
Sin embargo, la gente no siempre tiene claro a qué profesional debe acudir cuando tiene algún problema, y es que cada uno tiene una especialidad y formación que lo hace idóneo para unas situaciones determinadas. Por eso, es importante conocer cuándo se debe recurrir a los servicios de unos y otros, de tal forma que se haga un uso correcto de sus conocimientos.
Las diferencias fundamentales
La diferencia entre psicólogos y psiquiatras viene desde la propia formación universitaria. Los primeros cursan el grado de Psicología durante cuatro años, mientras que los psiquiatras son médicos especializados. Eso significa que pasan seis años estudiando como médicos y, después, se especializan en Psiquiatría, lo que suma cinco años más de formación tras superar el examen MIR.
Manuel Martín Carrasco, vicepresidente de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (SEPSM), explica a Infosalus que dentro de la Psicología hay un área formativa, la Psicología Clínica, a la que se accede a través del examen PIR. Estos especialistas serían los que verdaderamente habría que comparar con los psiquiatras. Además, advierte en Infosalus que “la gran mayoría de psicólogos en ejercicio en nuestro país no ha realizado esta formación”.
Por tanto, aunque ambos profesionales comparten ciertos elementos de su formación, lo cierto es que los psiquiatras son quienes pueden establecer un diagnóstico diferencial con aquellas patologías médicas que cursan con síntomas psiquiátricos. Esto es necesario en trastornos de ansiedad, en la depresión, o en la esquizofrenia, entre otros.
Timanfaya Hernández, Vicedecana del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid, comenta en Infosalus que los psicólogos no recetan medicación. Su trabajo se enfoca en el análisis, evaluación y tratamiento. Además, añade que, aunque la Psicología Clínica es el área más conocida, hay otros muchos campos en los que la Psicología se dedica a investigar y trabajar. Entre ellos, la educación, trabajo, judicial, social… “Somos profesionales de la conducta humana, de las emociones, y de la cognición de las personas", explica.
La psicofarmacología como herramienta
Otro elemento que distingue a psiquiatras y psicólogos es la posibilidad de acceder a la psicofarmacología. Esta disciplina se encarga de estudiar los fármacos que modifican el comportamiento. Tan solo los primeros pueden utilizar esta herramienta, puesto que ellos son médicos. Esta es fundamental para tratar ciertos trastornos mentales moderados o graves.
Por el contrario, la formación de los psicólogos se enfoca más en la evaluación psicométrica y la psicoterapia. En nuestro país, esta no suele ponerse en práctica en las consultas psiquiátricas de la sanidad pública, aunque también reciben cierta formación al respecto. Así, los psicólogos utilizan otras herramientas, como por ejemplo los test.
En definitiva, el psiquiatra es un médico y, como tal, tiene capacidad para recetar medicamentos que regulen los síntomas de algunos trastornos. En cambio, el psicólogo se centra en abordar los problemas desde una perspectiva psicoterapeútica con técnicas que buscan entender y modificar la conducta.
No obstante, es muy frecuente la colaboración entre estos dos tipos de profesionales de la salud mental. Juntos, pueden realizar evaluaciones diagnósticas y valoraciones, especialmente cuando el problema se presenta con una intensidad moderada o grave. De esta forma, se consiguen lograr resultados mejores y se encuentran soluciones más eficaces para aliviar los problemas de los pacientes.