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José María Ratoeira tiene 84 años y sufre una grave discapacidad desde que hace seis meses sufrió un ictus. Acompañado por la cuidadora que empuja su silla de ruedas y por su abogado ha tenido que ir al juzgado de Mondoñedo, la localidad gallega donde reside, para asistir a la vista que dirime una demanda por desahucio de la Sareb.
La historia la ha destapado La Voz de Galicia que publica cómo con su aspecto desvalido José María declaró al salir de la sala: "No entiendo nada, cómo llegué a esto".
Finalmente, el juicio no se celebro, el conocido banco malo presentó un escrito de desistimiento para que se archive el caso solicitando además que el hombre fuese eximido del pago de las costas.
"La Sareb no quiere que se celebre la vista", explicó su abogado antes de aclarar que cuando presentó la demanda desconocía la situación que atraviesa el demandado.
No obstante, y para evitar que el asunto pudiese volver a retomarse más adelante, Luis Rego, el abogado de José María Ratoeira pidió que la Sareb renunciase a ese derecho "porque llueve sobre mojado", pero la gestora se negó, informa La Voz de Galicia.
La Sareb, dueña del inmueble en Mondoñedo, demandó por desahucio a José María Ratoeira, de 84 años de edad https://t.co/EeLfSq4mFl
— La Voz de Galicia (@lavozdegalicia) September 2, 2021
La Sareb paralizó la demanda a principios de año buscar una solución pero "en cinco meses no se ponen en contacto con nosotros y el día antes del juicio lo hacen. ¿Cómo nos vamos a fiar?", explica el diario gallego que sostiene Luis Rego.
"Plantean la demanda como si José María hubiese dado una patada a la puerta y entrado dentro. Pero ocurre que para todos, menos para la Sareb, José María es el propietario", denuncia el letrado después de que la causa quedara vista para sentencia.
Por su parte, Ratoeira declaró a la salida del juzgado: "No entiendo nada, pero estoy tranquilo. Creo que no va a haber problema, que va a salir bien... creo que sí. No desconfiaba tanto que la cosa hubiera salido mal, no, porque creo que tengo razón. Porque no me van a quitar la tierra y el piso, digo. Una de dos cosas tendrá que dejarme".