Dueña de un pequeño establecimiento con casi 40 años de historia llamado Lencería Marta, la coruñesa Dolores Agra ha decidido, a sus 79 años, que era buen momento para jubilarse, pasar el testigo del negocio a sus hijos y colgar el cartel de "liquidación por jubilación".
Al tomar esta decisión, se ha convertido en la mujer con más años cotizados en España, 64: llevaba contribuyendo a las arcas del Estado desde los 14, edad a la que tuvo por motivos económicos que empezar a trabajar.
"Ya era hora, no voy a seguir aquí con 100 años. Me llegó la hora, no soy eterna", señala Dolores, o "Loli", como la conocen en su barrio de A Coruña. Así, la empresaria reconoce que, aunque tiene "buena salud", le comienzan a pesar los años y "había que disfrutar un poco".
Sin embargo, la mujer no quiere darle mucha importancia al hecho de que haya seguido trabajando hasta tan avanzada edad. "Mi historia es como la de otras muchas. Trabajé por necesidad relativa ya que podía jubilarme antes pero la paga tampoco era mucha", sostiene.
De igual manera, a Dolores le gusta su trabajo y ha sido una de las razones para seguir. La futura jubilada recuerda con nostalgia sus comienzos en el negocio. "Empezamos con muy poquita mercancía y ahora tengo muchísimas prendas, siempre de marcas buenas", asegura.
Además, en los primeros años, este trabajo también le permitió "viajar mucho". "Hacíamos desfiles muy bonitos y todos los años nos invitaban las fabricas. Íbamos a Marrakech, París o Madeira. Tenía un marido muy viajero también", relata. Aún así, aunque les iba bien no quiso ampliar el negocio y se mantuvo fiel a su local. "Con lo que tengo me sobra", apunta.
Dolores Agra recogiendo la Medalla al Mérito de Trabajo, en 2016.
¿Y ahora qué?
La noticia de su jubilación ha corrido por el barrio como la pólvora y ha apenado a muchos de sus clientes habituales. "Se lo han tomado muy mal, dicen: '¿Ahora qué vamos a hacer?'. Yo les comento que hay más tiendas, pero me responden que no son igual", relata.
Y aunque a su entorno cercano le apena que se vaya a retirar, a Dolores no le da vértigo la jubilación, la ve como una oportunidad. "Veré sobre la marcha qué hago. Tengo muchas amigas, todavía no tengo nada pensado", señala. Por el momento, todavía tiene que terminar los papeleos para cobrar su bien merecida pensión y se encuentra en régimen de jubilación activa.
Además, la mujer reconoce que las ventas han aumentado, en parte por estar de liquidación y también por su exposición mediática. Y es que Loli se ha vuelto famosa y decenas de medios se acercan a hablar con ella para conocer su historia. "Mi familia está muy contenta, la que estoy cansada soy yo", afirma. E ironiza: "Voy a tener que cogerme una secretaria".
Reconocimiento a una larga vida de trabajo
La proeza de Dolores no pasó desapercibida tampoco para la administración y, en 2016, cuando llevaba 61 años cotizados, el Gobierno quiso premiar su contribución y le otorgó la medalla al Mérito de Trabajo por una vida dedicada a sus clientes y por contribuir más tiempo que ninguno a las arcas de la Seguridad Social.