“Todo esto que ves aquí, no son arrugas. Son recuerdos de todo por lo que reí”, “te sientes vieja cuando los demás te consideran así y no al contrario” o “con el paso de los años lo que pierdes en juventud, lo ganas en autoestima”, son algunas de las frases que pueden leerse en las viñetas de Dominga habla sola (@dominga_habla_sola), una cuenta de Instagram con mucho humor, que ya acumula más de 145.000 seguidores.
Detrás de Dominga se esconde Elisabeth Justicia, una ilustradora y diseñadora gráfica que decidió personificar en esta mujer mayor sus pensamientos y denuncias sociales: “A raíz del confinamiento creé el personaje de Dominga, y empecé a publicar viñetas que hablan de todo. Intento tocar temas sociales que me preocupan, y uso a Dominga para hablar de ellos”, nos cuenta a 65YMÁS.
La elección de este personaje no fue causal, y la ilustradora encontró la inspiración en su propia familia: “Mi abuela tiene mucho que ver. Empatizo mucho con ella, escucho todo lo que tiene que decir porque para mí es un gran referente de vida”, asegura.
Un nombre muy especial
El nombre de Dominga y de su amiga Alpargata, que la acompaña en más de una ocasión, tampoco fue una decisión al azar: “Buscaba un nombre que no fuera el típico, que al mismo tiempo tuviera un toque gracioso, porque para mí el humor es algo fundamental en la vida. Además, está relacionado con mi familia porque un tío muy querido para mí se llama Domingo”, nos explica. Y así, teniendo en cuenta todos estos factores dio con el nombre de su protagonista, que va camino de convertirse en todo un referente.
Elisabeth asegura que no se esperaba ni buscaba el éxito que están teniendo las viñetas de Dominga: “Yo lo hice desde el cariño de crear un personaje basado en mi abuela, y en otros referentes mayores que tengo en mi entorno”.
Pero su abuela y los mayores que la rodean no son los únicos que animaron a la ilustradora a crear esta cuenta de Instagram, también su necesidad de expresarse para dar voz o denunciar aquellas causas sociales que considera injustas: “Tengo libertad absoluta para decir lo que me apetece desde mi punto de vista o el de Dominga”.
Porque si algo tiene claro la ilustradora es que la protagonista de sus viñetas y ella misma son dos personas distintas: “Separo mucho. Dominga es Dominga y de echo hablo de ella en tercera persona. Es un personaje con una personalidad propia, con una ideología y un pensamiento claro sobre distintos temas, que evidentemente se parecen a lo que yo pienso. Es una forma de expresarme sin mostrarme a mí misma demasiado con la excusa de que es ella la que habla”, confiesa.
“Las viñetas hablan de los temas que a mí más me afectan y me preocupan como la salud mental, el Día de la Mujer o del orgullo LGTBI, la importancia de ir al psicólogo, el feminismo... que para mí son valores fundamentales que todos deberíamos tener”, nos explica la creadora de Dominga.
Pero Dominga no solo denuncia y defiende aquello en lo que cree, también está consiguiendo que los más jóvenes se planteen cómo perciben a los mayores y cómo se relacionan con ellos: “Dominga lucha contra la tendencia que tenemos últimamente los millenials y la generación Z de enfocar todo a las necesidades de la gente joven, y me parece injusto porque parece que estamos haciendo desaparecer a una generación, sin la cual no tendríamos absolutamente nada de lo que tenemos. Parece que nos volvemos invisibles cuando cumplimos cierta edad, y cuando en realidad es de los mayores de quienes aprendemos todo lo que necesitamos saber de la vida, y no los debemos ignorar”, concluye la ilustradora.