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ACTUALIZADO
El negocio de la muerte: Santalucía, Ocaso y Mapfre acaparan los seguros de decesos
Morirse no resulta precisamente barato. Si sumamos los costes del velatorio, el ataúd, la inhumación o incineración, además de flores, coche, esquelas, etc. el precio se puede disparar. De media, un entierro sencillo supera los 3.500 euros y hay mucha diferencia de precios entre CCAA, tal y como señala la Oreganización de Consumidores y Usuarios (OCU), que además puntualiza que para el usario "es difícil tener de antemano información que ayude a elegir: es un sector poco transparente".
Gerona y Madrid son las provincias donde resulta más caro fallecer. En concreto, morir en Gerona cuesta un 29,2% más que en el conjunto de España y en Madrid, un 27,4% más, según el estudio ¿Quién paga más por la muerte en España? realizado por Estamos Seguros, iniciativa de Unespa (@UNESPA).
Otras provincias con diferenciales destacados son Barcelona, donde fallecer es un 20,8% más costoso que en el conjunto del país, Lérida, un 19,4% más y Huesca, con un 15,7% más.
En el otro extremo, Zamora (-39,7%), Santa Cruz de Tenerife (-36,2%), Palencia (-29,7%), Soria (-27,1%) y Cuenca (-26%) son los lugares donde fallecer resulta menos oneroso.
Según el estudio, el traslado de un cadáver dentro del territorio nacional conlleva, habitualmente, el pago de 424 euros, y repatriar un cuerpo desde el extranjero es más costoso, con un coste medio de 5.987 euros.
En cuanto a los seguros, los datos indican que algo menos del 44% de los percances del seguro de decesos se queda por debajo del coste teórico del evento. En este caso, la aseguradora reembolsa la diferencia a sus clientes. Por otro lado, se sitúa otro 16% de sepelios cuyo coste se coloca exactamente en el nivel cubierto. Juntos suman cerca del 60%. En el 40% restante los costes rebasan lo previsto por la aseguradora en un principio. Tanto si el sepelio se sitúa dentro de los márgenes esperados por la entidad como si los rebasa, la aseguradora corre con el coste de todos los servicios especificados en el contrato.
En el infome explican que el seguro, como es bien sabido, es un producto que, si incurre en costes superiores a los esperados, no puede ajustar dicho desequilibrio requiriendo más dinero del cliente. La ratio entre coste real y coste esperado, por lo tanto, marca la distribución de casos en los cuales el asegurador cerró el siniestro por debajo o por encima del coste teórico con el que calculó la prima. Teniendo en cuenta que el funcionamiento del seguro prevé que, en el caso de que los costes incurridos por el asegurador estén por debajo de la suma asegurada (esto es, la garantía que el cliente pagó con su prima), la diferencia le será abonada al cliente.
En los percances de decesos, por lo tanto, se dan dos tipos de situaciones:
1) Situaciones en las que el asegurador paga la totalidad de la suma asegurada, bien porque los costes del sepelio la alcancen, bien porque no sea así y entonces abone la diferencia.
2) Situaciones en la que el asegurador abona una cantidad superior a la suma asegurada, por superarla los costes efectivos. Los datos, en este sentido, indican que algo menos del 44% de los percances del seguro de decesos se queda por debajo del coste teórico del evento. Un 16% se coloca exactamente en el nivel de la suma asegurada, y cuatro de cada 10 la superan.