Este martes, día 21 de septiembre, es el Día Mundial del Alzheimer, una enfermedad neurodegenerativa que padecen unos 800.000 españoles, según los datos de la Sociedad Española de Neurología (@seneurologia). La edad es uno de los factores a tener en cuenta, ya que la gran mayoría de las personas que la sufren son mayores de 65 años. Por desgracia, este trastorno no solo afecta duramente a los pacientes: los cuidados exigentes que requiere puede acarrerar a sus cuidadores problemas físicos y mentales, derivados del trabajo que supone atender correctamente a estas personas. Sin embargo, pocas veces se habla de ellos ni se les presta la atención que también necesitan.
En esta línea, desde Sanitas (@sanitas) defienden que el cuidado de una persona con alzhéimer conlleva importantes preocupaciones, debido a la sobrecarga mental o física que supone, el coste económico del mismo y la falta de adaptación del hogar a las nuevas necesidades del cuidado, entre otras. A todos estos inconvenientes, en el último año se ha sumado un factor más, la COVID-19.
Tal y como revela el estudio 'Cuidados de la persona con alzhéimer tras la pandemia por COVID-19', realizado Sanitas Mayores, desde el inicio de la pandemia, muchos mayores han tenido que posponer sus terapias cognitivas o físicas y esta situación ha provocado que dos de cada tres cuidadores de personas con alzhéimer detecten que el estado de su familiar ha avanzado más rápidamente debido a la situación sanitaria global.
La investigación, elaborada en los meses de julio y agosto en la web Cuidar Bien de Sanitas Mayores con un total de 2.006 encuestas realizadas, también sostiene que el 71% de los cuidadores cree que no cuenta con la formación necesaria para hacer frente al cuidado de su familiar. Según indican los expertos, el alzhéimer es una enfermedad que requiere de mucho tiempo, ya que estos enfermos precisan de asistencia para comer, bañarse o salir a dar un paseo, entre una infinidad de situaciones más. Y, en algunos casos, la falta de tiempo, de recursos económicos y de formación puede generar una frustración conocida como el síndrome del cuidador. “Se trata de un trastorno que aparece en el cuidador principal de una persona dependiente. Se caracteriza por el agotamiento físico y psíquico”, señala David Curto, director Médico y de Innovación de Sanitas Mayores.
Asimismo, es muy común que los mayores que comienzan a sufrir esta patología sean cuidados en su propio domicilio. Por esta razón, como hemos comentado previamente, es fundamental adaptar los espacios a las necesidades de las personas que viven con demencia y recibir asesoramiento externo. Existe evidencia científica de que adecuar el entorno mejora directamente los síntomas de las personas que viven con demencia. El servicio 'En casa contigo' de Sanitas Matores es un programa de cuidados que posibilita a estos mayores a seguir en su hogar, en su entorno familiar, con un consejo experto prestándoles atención permanente.
Por otro lado, tras la encuesta se ha descubierto que una mala alimentación, la falta de ejercicio físico o un bajo nivel de alfabetización son factores que pueden afectar con el paso del tiempo al desarrollo del deterioro cognitivo. En concreto, nueve de cada diez cuidadores (91%) piensan que es la falta de ejercicio físico lo que más afecta al deterioro cognitivo, seguido de una mala alimentación para un 59%, y de un bajo nivel de alfabetización para un 23%. Además, un 9% cree erróneamente que las vacunas afectan a la enfermedad y un 5% que las ondas electromagnéticas de móviles, ordenadores, microondas también tienen efectos nocivos sobre el deterioro cognitivo: pues bien, cabe destacar que ambas creencias son falsas ya que no hay evidencia científica de que esto sea así.
Otros resultados que se desprenden del estudio están relacionados con el deterioro del bienestar emocional de los cuidadores de personas con alzhéimer. Aunque esto haya afectado a todos los españoles, el 53% de las personas a cargo de pacientes con alzhéimer cree que la situación provocada por la crisis sanitaria unida al cuidado de su familiar ha provocado que su bienestar emocional se vea negativamente afectado.
Igualmente, uno de cada cuatro encuestados afirma que su bienestar emocional ha empeorado en el último año, pero solo debido al cuidado de la persona a su cargo.
“Según aumenta la edad del cuidador disminuye su capacidad para tratar y cuidar de manera correcta al mayor y cubrir de forma adecuada los cuidados que el enfermo requiere. A esto se le suman situaciones externas como ha podido ser en el último año la pandemia, o es a diario el trabajo, la situación familiar, el cuidado de los hijos, o la situación económica otros factores que se suman al cuidado de la persona con alzhéimer. Por todo ello, es importante prestar atención a las preocupaciones a las que se enfrentan a diario para poder ofrecer los mejorescuidados a las personas con alzhéimer y a sus cuidadores”, explica Curto.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que, acutalmente, más de 55 millones de personas –el 8,1% de las mujeres y el 5,4% de los hombres mayores de 65 años– viven con demencia y prevé que esta cifra aumentará a 78 millones para 2030 y a 139 millones para 2050. La necesidad de formación en los cuidadores es vital para lograr que el cuidador se enfrente a su labor sin que esta le supere, así como para que la persona que sufre la enfermedad reciba un trato adecuado. Finalmente, cabe señalar que la OMS afirma que la demencia es una de las principales causas de discapacidad y dependencia entre las personas mayores en todo el mundo y la enfermedad de Alzheimer, que es la forma más común de demencia, acapara entre un 60% y un 70% de los casos.
