La Policía Nacional ha desarticulado una banda de la que formaban parte clanes rumanos y ha detenido a 26 personas por su posible relación con una organización criminal que se dedicaba a obligar a 37 niños a cometer hurtos y robos a mayores en cajeros automáticos, según informa EFE. Algunos de esos niños eran hijos de los integrantes de esta red.
Así, con esta operación se esclarece por qué habían aumentado los delitos de este tipo en la Comunidad de Madrid, ya que 200 de ellos podrían ser responsabilidad de esta banda.
Según las investigaciones, el grupo estaba liderado por dos padres de familia que decidían dónde se iban a realizar las sustracciones y que se coordinaban con el resto de adultos que trasportaban a los menores a las zonas.
A medida que los niños cumplían años, estos se iban apartando y viajaban a otras localizaciones para seguir delinquiendo, cuenta la agencia.
¿Cómo operaban?
De esta manera, informa EFE, los pequeños ladrones esperaban a la víctima a las afueras de los bancos y cuando iba a recoger el dinero usaban un objeto para distraerla y sustraer los billetes. Otras veces, golpeaban al mayor hasta que caía al suelo para hacerse con el botín.
Cuando se detuvo a los presuntos delincuentes se encontraron 10.000 euros en efectivo, relojes de alta gama y diversa documentación.
Cinco de los arrestados han ingresado en prisión por posibles delitos de trata de seres humanos con fines de explotación delictiva, pertenencia a organización criminal y delito contra los derechos y deberes familiares.
Los niños no son imputables desde el punto de vista penal y han sido puestos a disposición de la Policía y de su grupo de menores.
