Álvaro Valdés
Sociedad
Dos veinteañeras dan una nueva vida a La Estrella, la pastelería más antigua de Barcelona
Tras la jubilación de la propietaria, el futuro del local, con 200 años de historia, era incierto

La pastelería más antigua de Barcelona, abierta en 1825, ha estado a punto de no llegar a cumplir los 200 años, ya que la antigua propietaria se jubiló y su hija no podía continuar con el negocio familiar.
Sin embargo, después de que la persiana de la pastelería La Estrella se bajase en verano, Anna Campos y Judit Servent, dos jóvenes que estuvieron trabajando en el negocio años atrás, se hicieron con el mando del establecimiento para que pudiera retomar su actividad habitual.
Anna y Judit, ambas de 25 años, son amigas desde que estudiaban la ESO y ya han trabajado juntas en ocasiones anteriores. Si bien Anna siempre ha tenido claro que quería dedicarse a la repostería, Judit era una estudiante de física, pero que a mitad de carrera se vio con la necesidad de encontrar un trabajo y Anna, que sabía que en la pastelería estaban buscando gente, le explicó todo lo necesario para que se hiciera con el puesto, como así logró.
La Estrella, ubicada en la calle Nou de la Rambla número 32, en el barrio del Raval, fue el primer trabajo de las dos, donde estuvieron alrededor de tres años como empleadas. Después, cada una empezó a trabajar en pastelerías diferentes, hasta que en verano de 2024 Anna vio que el negocio había cerrado.
En este momento, llamó a su antigua jefa, con la que tenía confianza, y le preguntó si estaba todo bien y que si iban a volver a abrir. En ese momento se enteró de que estaban traspasando el negocio por la jubilación de la propietaria y que el futuro del local era incierto. Anna, de repente, tuvo el pensamiento de ser ella quien continuase dando vida a la pastelería. Y así, rápidamente, se lanzó a ello.
Después de confirmar con el banco que la operación era posible, Anna llamó a Judit, ya que tenía claro que ella era quien tenía que acompañarla en esta aventura. "Esta pastelería sola no se podía llevar, porque necesitas producir unas cantidades que no te permiten estar en el obrador y en tienda a la vez. Desde el principio me dije que si no venía ella conmigo, seguramente yo no habría seguido, porque la confianza que tengo con ella, lo bien que trabajamos y que ella también fue trabajadora de La Estrella hacían la oportunidad perfecta", cuenta Anna a 65YMÁS.
La Estrella, catalogada como local emblemático de Barcelona con la máxima categoría de protección, conserva gran parte de la esencia de local de los de toda la vida, partiendo de una fachada que fue encargada a Antonio Gaudí, hasta sus muebles y cristaleras. Por dentro, también mantiene esa vibra tradicional, ya que el horno que utilizan para cocer sus productos tiene más de cien años y, aunque ya no se enciende con leña, es de los antiguos.
Antes de las seis de la mañana, los hornos ya están en marcha para poder ofrecer la bollería de la mejor calidad posible. Si bien ofrecen algunos productos modernos y adaptados más a nuestro tiempo, nunca ha dejado de ser esa pastelería clásica en la que encontrar los dulces que han vendido desde hace dos siglos. "Aquí puedes encontrar cosas nuevas, pero si vienes a buscar tu postre de cuando eras pequeño también lo tienes", presume Anna.

Ahora mismo los productos más vendidos son los diferentes tipos de cocas catalanas y, los fines de semana, el brazo de gitano y el tortel de hojaldre con nata. Sin embargo, también destaca sorprendida las ventas que está teniendo el cabello de ángel, ya que creía que era un relleno obsoleto. "Empezamos con unos pastelitos y hemos acabado con cruasanes y torteles", señala en referencia a la alta demanda de este relleno.
También, han destacado por hacer productos en homenaje a eventos históricos o fechas concretas. Uno que tuvo mucho éxito en las redes sociales fue la tarta en honor a las que se hacían en la época de los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992, en la que se combinan elementos como una crema de mazapán conocida como frangipane y la manzana, dándole un toque muy original y especial para el paladar.
Desde su reapertura, en noviembre de 2024, La Estrella está teniendo un éxito enorme. Los vecinos han expresado su felicidad de que el negocio siga hacia delante e, incluso, muchos de ellos, se acordaban de Judit y de Anna en su etapa como empleadas en la pastelería años atrás. Sin embargo, no solo han sido los vecinos del Raval los que han entrado a comprar en la pastelería, sino que los turistas, asombrados por la estética del local y la pinta de sus pasteles, han dado un empujón en esta nueva etapa del negocio.