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Unos investigadores de la Universidad del Sur de Australia, han descubierto que una dosis diaria de yogur podría ser el próximo alimento de referencia para las personas con presión arterial alta, según una nueva investigación de la Universidad del Sur de Australia.
El estudio, realizado en colaboración con la Universidad de Maine, examinó la relación entre la ingesta de yogur, la presión arterial y los factores de riesgo cardiovascular, y descubrió que el yogur se asocia con una presión arterial más baja para los hipertensos.
En todo el mundo, más de mil millones de personas padecen hipertensión arterial, lo que les expone a un mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares (ECV), como el infarto de miocardio y el ictus, y las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en todo el mundo.
La doctora Alexandra Wade, investigadora de la UniSA, afirma que este estudio aporta nuevas pruebas que relacionan el yogur con los resultados positivos de la presión arterial en las personas hipertensas.
"La hipertensión es el factor de riesgo número uno de las enfermedades cardiovasculares, por lo que es importante que sigamos encontrando formas de reducirla y regularla –asegura–. Los alimentos lácteos, especialmente el yogur, pueden ser capaces de reducir la presión arterial. Esto se debe a que los alimentos lácteos contienen una serie de micronutrientes, como el calcio, el magnesio y el potasio, todos ellos implicados en la regulación de la presión arterial".
La doctora destaca que "el yogur es especialmente interesante porque también contiene bacterias que promueven la liberación de proteínas que reducen la presión arterial y este estudio demostró que, en el caso de las personas con presión arterial elevada, incluso pequeñas cantidades de yogur se asociaban a una presión arterial más baja".
"Y en el caso de los que consumían yogur con regularidad, los resultados eran aún más fuertes, con lecturas de la presión arterial casi siete puntos más bajas que los que no consumían yogur", subraya.
El estudio se realizó en 915 adultos residentes en la comunidad del Estudio Longitudinal Maine-Syracuse. El consumo habitual de yogur se midió mediante un cuestionario de frecuencia de alimentos. La presión arterial alta se definió como superior o igual a 140/90 mmHg (un nivel de presión arterial normal es inferior a 120/80 mmHg).
Los investigadores afirman que los futuros estudios de observación e intervención deberían seguir centrándose en los individuos de riesgo para examinar los posibles beneficios del yogur.