Joaquín, de 84 años y con artrosis, lleva un año y medio sin salir de casa porque no tiene ascensor, y solo el esfuerzo de subir seis tramos de escaleras, tres pisos, supone diez minutos de penalidades. Un esfuerzo, que ha asumido para poder grabar un vídeo de denuncia sobre su situación, y que lo dejó postrado en la cama tres días después.
"Si subo las escaleras me asfixio, sólo he salido una vez para vacunarme", asegura.
Su mujer, Victoria, de 77 años, también está delicada con problemas de corazón, por lo que sólo sale de casa cuando no le queda otra opción, según informan varios medios. Pero eso significa que para cualquier recado que tiene que hacer, como la compra, luego tiene que ideárselas para poder subir las bolsas: lo hace con una cuerda por la ventana, al no disponer de ascensor. "Se asfixia, se marea y se tiene que acostar”, comentaba su hija, Mariví.
Ya pagaron por un ascensor
En 2017 ya pagaron 1.800 euros para instalar un montacargas, pero aunque el Ayuntamiento de Málaga les dice que está todo arreglado y que el mes que viene comenzarán las obras, llevan cuatro años de espera. Cuatro años, que han convertido su casa en su propia cárcel. "Le pido al Ayuntamiento que por favor me pongan los ascensores ya", suplicaba Joaquín.
"Sentimos mucha impotencia al verlos así, por algo que ya tendría que estar solucionado", aseguraba Mariví. "Cuatro vecinos han muerto con la pena de no tener el ascensor. Espero que mis padres puedan disfrutar del sol los años que les quedan de vida saliendo de aquí cada vez que quieran".
Sobre el autor:
María Bonillo
María Bonillo es licenciada en Comunicación Audiovisual y Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Escribe principalmente sobre temas de sociedad. También tiene experiencia en comunicación corporativa de empresas como OmnicomPRGroup y Pentación Espectáculos.