En España faltan más de 70.000 plazas en residencias de mayores
81 menús de residencias de mayores, a examen: "Baja calidad nutricional y abuso de procesados"
El 'boom' de las residencias de mayores, un sector 'imán' para los fondos de inversión
Trabajadores de las residencias de mayores: "En la merienda y cena se alcanzan niveles de horror"
Los puntos negros de las residencias de mayores: "falta de financiación, personal y credibilidad"
El abandono de mayores en residencias, por parte de sus familias, se ha convertido en una práctica demasiado corriente. Si se pregunta a cualquier trabajador de uno de estos centros, la mayoría contestará que, efectivamente, siempre hay un determinado número de mayores que casi nunca reciben visitas. Y no es que no tengan familiares (se calcula que sólo "en torno al 2%" no la tienen), sino que sus seres queridos no quieren o no pueden pasarse a menudo.
Conscientes de esta situación, la Asociación Cultural de Mayores de Fuenlabrada (Acumafu) ha decidido cuantificar este fenómeno y han realizado un estudio en 11 centros del sur de Madrid, con una muestra de más de 1.000 personas.
Las conclusiones son aplastantes: la mayoría de los familiares de las residencias estudiadas no acuden periódicamente a ver a sus padres, abuelos o tíos. "Lo normal es que, entre semana, sean visitados dos o tres de cada 10 residentes", sostiene el presidente de Acumafu, Marcelo Cornellá.
Además, se trata de un abandono progresivo, aseguran desde la asociación, ya que, "transcurrido un tiempo del ingreso, las visitas se distancian cada vez más durante todo el año".
Periodo del año |
Enero/ Junio |
Julio/ Septiembre |
Septiembre/ Diciembre |
Cuántos reciben visitas semanalmente |
40% |
15% |
30% |
Fuente: Acumafu.
Un problema cultural
Así, esta situación dramática "ha ido a peor" en los últimos años, debido a que ya no se "valora tanto" a los mayores. "Muchos se excusan diciendo: '¿Por qué voy a ir a verle si no me reconoce?", ejemplifica. Sin embargo, opina el presidente de Acumafu, ésta no puede ser la razón para abandonar a los mayores. "No entendemos que no le puedan dar un beso o cariño, porque no se acuerda del familiar", critica.
A esto hay que añadir que no sólo los residentes con demencia sufren de este desprecio familiar. Y para explicarlo, Cornellá recuerda una historia paradigmática que vivieron en una residencia con una mujer que se llamaba Adela que, según relata, pidió a sus familiares volver a su vivienda para "saludar a sus vecinas" y se enteró, a raíz de esa petición, que habían "vendido su casa".
Ligero repunte en navidades
Usuarios que no recibieron visitas en navidades |
64% |
Usuarios visitados |
36% |
Más de 30 minutos de visita |
85% |
Menos de 30 minutos |
15% |
Recogieron a los residentes en Nochebuena |
16% |
En Nochevieja |
11% |
En la Noche de Reyes |
4% |
Recibieron regalos de Reyes |
1% |
Fuente: Acumafu.
Con todo, si se analizan los datos del estudio, hay un repunte de visitas en navidades. No obstante, muchos siguen sin ver a sus familiares durante esas fechas, en concreto, el 64%. De igual manera, sólo el 1% de los residentes recibieron regalos de Reyes.
En cuanto al tiempo que pasaron con los usuarios, un 15% de las visitas duraron menos de 30 minutos. "Suelen ser sobre todo en casos de personas con demencia. Son familiares que pasan una vez al año, comprueban la ropa, echan cuatro broncas a las trabajadoras y luego se van", explica.
El cariño de las auxiliares
Por ello, a veces el único apoyo psicológico que tienen estas personas es el de las auxiliares. "Les piden besos, porque les falta cariño", señala. Y es que, afirma, los mayores agradecen cada pequeño detalle que estas trabajadoras (la mayoría, mujeres) tienen con ellos.
Aun así, la solución a este abandono no puede pasar sólo por que los empleados de las residencias sean cariñosos. Según Cornellá, se debe "educar" a las futuras generaciones para que valoren más a los mayores.
De igual manera, apunta, se debería reconsiderar el modelo residencial y ver si los "2.000 euros que suele costar una plaza" no se podrían dedicar al cuidado de los dependientes en sus domicilios, así como desarrollar en mayor medida la figura "del testamento vital" para evitar sufrimiento innecesario, concluye.