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Un tribunal de la ciudad francesa de Orleans ha admitido la solicitud del fabricante de vidrio Duralex de declararse en quiebra ante la situación excepcional generada en su negocio por el impacto de la pandemia del coronavirus y de las medidas adoptadas para controlar su expansión. El fabricante francés es conocido en España porque durante muchas décadas fabricó una icónica vajilla de vidrio templado transparente y en color verde y caoba que había en la mayoría de hogares y que casi nunca se rompía.
Según informa el medio local francés La République du Centre, la empresa espera aprovechar esta situación para seguir buscando un comprador o para renegociar con las empresas que se habían interesado, pero que habían cesado las conversaciones cuando comenzó la pandemia.
El director comercial y de marketing de la empresa, Frédéric Morin Payé, ha explicado que la facturación durante estos últimos meses se ha hundido un 60%. Esto se produce después de un grave incidente que sufrió la empresa en 2017, cuando uno de sus hornos se dañó durante su reparación y provocó que la producción pasara a 20 toneladas de vidrio por día, en lugar de las 160 toneladas por jornada habituales.
Debido a todo esto, la facturación todavía no ha recuperado los niveles de 2016. Además, la tasa de servicio de los nuevos pedidos que recibe Duralex se encuentra en torno al 70%, en lugar del 95% que era habitual. Ahora, el juzgado y la empresa nombrarán un administrador concursal para supervisar el negocio. Durante los próximos meses se congelarán las deudas y Duralex tendrá que presentar un plan de negocios actualizado. En cuanto a la situación en la que quedan sus 248 trabajadores, el presidente de Duralex, Antoine Ioannidès, ha asegurado que "siguen trabajando y cobrando".
La empresa francesa Duralex comenzó en 1945 a fabricar vidrio templado para vajillas y otros enseres de cocina en la localidad de La Chapelle-Saint-Memin –en la región Centro, departamento de Loiret– utilizando una técnica desarrolla en la década de los años 30 por la también empresa francesa Saint-Gobain. Sus productos son conocidos por ser forjados a 700 grados y luego enfriados de forma súbita, procedimiento que les da una resistencia especial. De hecho, el nombre de la marca deriva del proverbio latino Dura lex, sed lex (La ley es dura, pero es la ley).