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La "diferencia de edad en la retina" podría utilizarse como una herramienta de detección del riesgo de muerte, según una investigación publicada en el British Journal of Ophthalmology. En concreto, los investigadores han descubierto que la diferencia entre la edad biológica de la retina, las capas de tejido nervioso sensibles a la luz situadas en la parte posterior del ojo, y la edad real cronológica de una persona está relacionada con su riesgo de muerte, según informa Europa Press.
Cada vez hay más datos que sugieren que la red de pequeños vasos (microvasculatura) de la retina podría ser un indicador fiable de la salud general del sistema circulatorio del cuerpo y del cerebro.
Aunque los riesgos de enfermedad y muerte aumentan con la edad, está claro que estos riesgos varían considerablemente entre personas de la misma edad, lo que implica que el "envejecimiento biológico" es único para el individuo y puede ser un mejor indicador de la salud actual y futura, dicen los investigadores.
Se han desarrollado varios indicadores tisulares, celulares, químicos y de imagen para detectar el envejecimiento biológico que no se corresponde con el cronológico. Sin embargo, estas técnicas están plagadas de problemas éticos y de privacidad, además de ser a menudo invasivas, caras y largas, dicen los investigadores.
Por ello, recurrieron al aprendizaje profundo para ver si podía predecir con exactitud la edad de la retina de una persona a partir de imágenes del fondo de ojo, la superficie posterior interna del ojo, y para ver si cualquier diferencia entre esta y la edad real de una persona, denominada "brecha de edad de la retina", podría estar relacionada con un mayor riesgo de muerte.
El aprendizaje profundo es un tipo de aprendizaje automático e inteligencia artificial (IA) que imita la forma en que las personas adquieren ciertos tipos de conocimiento. Pero a diferencia de los algoritmos clásicos de aprendizaje automático, que son lineales, los algoritmos de aprendizaje profundo se apilan en una jerarquía de complejidad creciente.
Los investigadores se basaron en 80.169 imágenes de fondo de ojo tomadas a 46.969 adultos de entre 40 y 69 años, todos ellos pertenecientes al Biobanco del Reino Unido, un amplio estudio poblacional de más de medio millón de residentes de mediana edad y mayores del Reino Unido.
Para validar la precisión del modelo de aprendizaje profundo para la predicción de la edad de la retina se utilizaron unas 19.200 imágenes de fondo de ojo de los ojos derechos de 11.052 participantes que gozaban de una salud relativamente buena en el control de salud inicial del Biobanco. Esto mostró una fuerte asociación entre la edad retiniana predicha y la edad real, con una precisión general de 3,5 años.
A continuación, se evaluó la diferencia de edad de la retina en los 35.917 participantes restantes durante un período de seguimiento medio de 11 años.
Durante este tiempo, 1871 (5%) participantes murieron: 321 (17%) de enfermedades cardiovasculares; 1018 (54,5%) de cáncer; y 532 (28,5%) de otras causas, incluida la demencia.
Las proporciones de "personas que envejecen rápido" -aquellas cuyas retinas parecían más viejas que su edad real- con diferencias de edad en la retina de más de 3, 5 y 10 años fueron, respectivamente, el 51%, el 28% y el 4,5%.
Las grandes diferencias de edad de la retina en años se asociaron significativamente con un riesgo de muerte entre el 49% y el 67%, que no era por enfermedad cardiovascular o cáncer.
Y cada aumento de 1 año en la brecha de edad de la retina se asoció con un aumento del 2% en el riesgo de muerte por cualquier causa y un aumento del 3% en el riesgo de muerte por una causa específica distinta de las enfermedades cardiovasculares y el cáncer, después de tener en cuenta los factores potencialmente influyentes, como la presión arterial alta, el peso (IMC), el estilo de vida y el origen étnico. El mismo proceso aplicado a los ojos izquierdos produjo resultados similares.
Se trata de un estudio observacional y, como tal, no puede establecer la causa pero destacan que estos hallazgos "han determinado que la diferencia de edad de la retina es un predictor independiente de un mayor riesgo de mortalidad, especialmente de la mortalidad por enfermedades no cardiovasculares/no cancerosas. Estos resultados sugieren que la edad de la retina puede ser un biomarcador clínicamente significativo del envejecimiento".
Y añaden que "la retina ofrece una 'ventana' única y accesible para evaluar los procesos patológicos subyacentes de las enfermedades vasculares y neurológicas sistémicas que se asocian a un mayor riesgo de mortalidad".
"Esta hipótesis está respaldada por estudios anteriores, que han sugerido que las imágenes de la retina contienen información sobre factores de riesgo cardiovascular, enfermedades renales crónicas y biomarcadores sistémicos", subrayan.
Los nuevos hallazgos, combinados con investigaciones anteriores, añaden peso a "la hipótesis de que la retina desempeña un papel importante en el proceso de envejecimiento y es sensible a los daños acumulados del envejecimiento que aumentan el riesgo de mortalidad", explican.