A partir de cierta edad, esta empieza a ser un condicionante en el ámbito laboral. El edadismo laboralestá muy presente en nuestro país, tanto que gran parte de las empresas deciden prejubilar al talento sénior a favor de trabajadores más jóvenes, aludiendo a la edad como excusa para hacerlo, como si fuese el indicador absoluto de las habilidades y aptitudes de una persona.
Esta discriminación por edad empieza a resultar un problema muy pronto, aunque depende del sector. “Si son trabajos más físicos, empieza a una edad más temprana; si se trata de profesiones más cualificadas y posiciones más elevadas, ese edadismo comienza más tarde”, explica Cèlia Hil, experta en talento sénior (@CeliaHil), en una entrevista a 65YMÁS.
“Incluso en profesiones como la medicina se da muy poco, porque hay médicos de 65 y 70 años todavía muy activos y muy bien valorados”, aclara.
Licenciada en Psicología Clínica con un Postgrado de Experta en Inserción Laboral y un segundo Postgrado en Recursos Humanos 2.0 y Redes Sociales, y especializada en empleabilidad, recursos humanos, marca personal y talento sénior, Cèlia explica que es a partir de los 45 años cuando empiezan los prejuicios.
“Tenemos una vida laboral muy corta, porque también se da ese edadismo en los menores de 25 años, con lo cual, prácticamente la edad de oro para las empresas es de los 25 a los 45 años. Eso son solo veinte años”, señala.
¿Qué es lo más importante para las empresas?
Cèlia ayuda a estos profesionales sénior a encontrar un hueco en el mercado laboral y hacer ver a las empresas sus virtudes. Sus sesiones individualizadas se van adaptando a cada persona, para poder sacar lo mejor de cada uno y centrarse en lo que necesitan específicamente: cuál es su situación personal, profesional y económica, cómo ha sido su búsqueda hasta ese momento y desde cuándo lleva buscando, para tener una visión general y poder actuar en consecuencia, detectando los errores y marcando pautas.
A veces, esos fallos que impiden a la persona conseguir un puesto de trabajo se encuentran en no saber defender correctamente una entrevista, otras en no saber cuál es el mejor portal para darse de alta y buscar ofertas, o simplemente no contar con las aptitudes que se requieren.
Por todo esto, resulta esencial saber cuáles son las habilidades clave que se piden hoy en día. En este sentido, Cèlia destaca la creatividad. “Para mí la habilidad más importante que busca una empresa es que esa persona, sea sénior o no, sea creativa. De hecho, una de las habilidades más buscadas ahora en LinkedIn es la creatividad”, explica.
Por supuesto, contar con las habilidades que se piden para el puesto de trabajo es indispensable, pero más allá de eso, Cèlia señala otras muchas. “La formación continua, es decir, que tenga esa curiosidad que le permita estar siempre aprendiendo, para no quedar obsoleto ni perder índice de empleabilidad. La capacidad de resolver problemas también es una habilidad muy buscada y, en este sentido, el sénior creo que es bastante bueno en eso, porque sabe negociar y ha mediado durante mucho tiempo con muchos conflictos”.
Sin olvidar “todo lo que es digital”, es decir, que tenga buenas competencias digitales. “Hoy en día, con el teletrabajo y el trabajo híbrido que, en cierta medida, se va imponiendo, es clave saber trabajar así”.
Por último, destaca la comunicación digital y offline, es decir, la comunicación externa e interna en las empresas. “Si esa persona es muy buen ingeniero, directivo o mecánico pero no tiene una buena habilidad comunicativa y social, tanto online como offline, le puede perjudicar bastante, teniendo en cuenta que van al alza los programas de embajadores de marca internos (employee advocacy)”, explica.
Si llevamos mucho tiempo en el paro buscando trabajo
Si nos encontramos en el caso de llevar una larga temporada en el paro, buscando trabajo pero sin conseguirlo, puede que debamos replantearnos nuestro método de búsqueda. Es importante analizar, así lo explica la experta. “Si llevas semanas, meses o años enviando currículums y no llegas a entrevistas, es que la metodología que está utilizando no es la más eficiente”.
En este caso, sería necesario cambiar la estrategia y empezar a medir. “Puede empezar enfocándose más en el mercado oculto, es decir, ese 70% de las ofertas que no se publican”, aconseja Cèlia. “Que vaya más por una red de contactos de calidad, por un buen networking, tanto en LinkedIn como en otros sitios; que haga autocandidatura a empresas objetivo que le puedan interesar; que vaya con una propuesta, de qué es lo que puede resolver en esas organizaciones, ofreciendo una solución en lugar de enviar simplemente un currículum a una oferta publicada en un portal de empleo, currículums que a veces no llegan siquiera a un reclutador humano”.
Seguidamente, si detectamos que pueden estar faltándonos ciertas habilidades para resultar atractivo a una empresa, hay que tener en cuenta que, actualmente, todo lo que es digital estará muy bien valorado. “Vamos hacia un mundo digital, por tanto ponen mucho en valor las competencias digitales. Si las tienes, es probable que puedas ir encadenando proyectos”, explica Cèlia.
¿Cómo afrontar una entrevista de trabajo?
Llegar a la entrevista de trabajo no es nada fácil pero, si lo hemos logrado, es conveniente prepararse bien y tener algunos aspectos relevantes en cuenta para hacerlo lo mejor posible.
En este sentido, Cèlia considera que lo más importante es “mirar a los ojos a la otra persona”. “Cuesta mucho llegar a una entrevista a estas edades, por lo que es fácil que, cuando preguntan por la edad, el candidato se encorve, baje la mirada y encoja los hombros, como si él mismo pensara que ya no hay nada que hacer”.
Pero es justo lo contrario, asegura Cèlia. Llegados a este punto, “lo que hay que hacer es empoderarse". "De hecho, abrir los hombros, mirar hacia arriba y, con asertividad, poner en valor toda esa experiencia, todos esos conocimientos, todas esas habilidades, todos esos contactos y entender muy bien qué está buscando la empresa y enfocarlo hacia allí, hacia qué puedes resolver”.
Y, por supuesto, obviar todo lo que pueda restar. Pero, si se menciona, entonces lo mejor será “reconocer ese punto débil, pero positivizándolo, es decir, explicando que ya se está poniendo solución a ello. Por ejemplo, no dominas muy bien el inglés, pero estás dando clases, por lo que ya estás poniendo solución a lo que podría ser una debilidad que podría hacerte perder un puesto de trabajo”, concluye Cèlia.
En definitiva, quitar la atención de la edad y centrarla en las soluciones, en lo positivo que podemos aportar.
Sobre el autor:
María Bonillo
María Bonillo es licenciada en Comunicación Audiovisual y Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Escribe principalmente sobre temas de sociedad. También tiene experiencia en comunicación corporativa de empresas como OmnicomPRGroup y Pentación Espectáculos.