EEUU se plantea la vuelta de la mascarilla en interiores contra Covid, gripe y bronquiolitis

A cada nueva ola de Covid, vuelven los mismos dilemas que surgieron con el comienzo de la pandemia: ¿Nos hemos relajado demasiado? ¿Se debe dar marcha atrás y reimponer medidas para luchar contra la transmisión de virus de transmisión aérea? ¿Servirán estas recomendaciones a nivel poblacional en la actualidad? ¿Bastará con las vacunas y la inmunidad previa para evitar la saturación del sistema de salud? 

En esta ocasión, el debate se ha reabierto en EEUU –un país que parecía haber superado la pandemia y donde, hace cinco meses, se relajaron algunas de las últimas medidas que quedaban, como la cuarentena o la distancia social–. En concreto, la directora de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos de Norteamérica, Rochelle Walensky, ha recomendado de nuevo el uso de medidas de protección frente a Covid, gripe y VRS, sobre todo en las zonas del país con mayores tasas de incidencia. 

Walensky ha instado al uso de "mascarillas de calidad, bien ajustadas", al "lavado de manos", "la ventilación" o a quedarse en casa si se tienen síntomas. 

 

La razón: estos métodos preventivos limitarían "la propagación de enfermedades respiratorias" y servirían tanto contra Covid como frente a la gripe o al VRS. 

EEUU afronta desde noviembre la llamada 'tripledemia', es decir, la vuelta de los virus típicos del invierno –también se expandieron durante la atípica temporada de 2021/2022, pero con mucha menos fuerza– en combinación con las nuevas variantes de Covid –sobre todo ómicron BQ.1 y sus sublinajes–.

The BQ.1 variants taking over, now ~70% in the US with the BQ.1.1 37%; none of the other new variants (like XBB) gaininghttps://t.co/jjl2AnwOWX pic.twitter.com/Ken2Vx9hzm

— Eric Topol (@EricTopol) December 9, 2022

Todo ello, ya sin restricciones –limitaciones de aforo, confinamientos, prohibición de viajar sin test, cierres, cuarentenas, etc.– que puedan reducir el número de contagios y, según teorizan ciertos inmunólogos, quizá también con un porcentaje mayor de susceptibles de enfermar –las causas están aún por confirmar, aunque muchos apuntan a la falta de exposición a estos patógenos–.  

De esta manera, en el caso estadounidense, si bien la presión ejercida por el Covid en los hospitales –sobre todo en las UCI– es todavía más o menos limitada en la mayoría del país, sí que se habría registrado cierta saturación, igual que ocurre en Europa, de los servicios pediátricos por la epidemia de Virus Respiratorio Sincitial y un considerable aumento de casos de gripe.

 

Por esta razón, representantes públicos y funcionarios de varios estados como Washington, Oregón y de ciudades como Nueva York o del condado de Los Ángeles han vuelto a recomendar el uso de mascarilla en interiores contra estos tres virus, según publican varios medios estadounidenses. Con todo, lo hacen en forma de recomendación, no como una reimposición de forma obligatoria.  

Una medida que también se plantean en Francia

Algo similar está ocurriendo en Francia, donde volvió a surgir la discusión sobre si se debería volver a la mascarilla obligatoria para todos –tal y como sucedió en Alemania en otoño–. Actualmente, el cubrebocas sólo es imperativo en centros de salud o similares, pero no en el transporte público. 

La reapertura del debate, de nuevo, se debió, como en EEUU, a un aumento de los casos de Covid y de las hospitalizaciones de positivos, en plena ola de casos de bronquiolitis, causada por el VRS, y de gripe. 

En este caso, el Ministerio de Salud francés ha pedido a la población que lleve mascarilla de forma voluntaria y ha recordado a los vulnerables que es importante que se pongan el refuerzo contra el Covid y la vacuna frente a la gripe, puesto que las cifras alcanzadas en ambas campañas de inmunización son relativamente bajas.

"Volvamos a los comportamientos adoptados durante la crisis del Covid este invierno. Sé que es posible", ha apuntado el ministro de Salud francés, François Braun.

"Al margen de la vacunación, si hacemos un esfuerzo con pequeños gestos cotidianos, como las medidas de prevención, vamos a reducir significativamente la circulación de virus en Francia", ha señalado el ministro.

 

"Ahora que las fiestas van a conllevar grandes mezclas de población, hay que ponerse la mascarilla en el transporte público, donde se cruzan con bebés, personas mayores o enfermas. Seamos solidarios. Confío en los franceses. En la vida, hay gestos simples que permiten salvar vidas, pero no son obligatorios. Son como un reflejo: como mirar a izquierda y a derecha cuando se cruza. Por ello, cuando estamos en el metro en periodo epidémico, debemos llevar mascarilla", ha argumentado. 

Según un sondeo publicado por el diario Le Figaro recientemente, el 58% de los franceses estarían de acuerdo con la vuelta de la mascarilla obligatoria en lugares cerrados y el 76% con su reimplantación en los transportes públicos. Con todo, hay que tener en cuenta asimismo que su uso actual de forma voluntaria en estos medios podría no acercarse a estos porcentajes.

En España, el Ministerio de Sanidad no ha reabierto el debate sobre la reimposición de la mascarilla en interiores, aunque sí que ha descartado retirar su obligatoriedad en el transporte público, apelando a la "cultura del cuidado". Según los protocolos de Sanidad aprobados tras la "gripalización", es recomendable el cubrebocas para los vulnerables y los sintomáticos –y para todos, en especial los colectivos de riesgo, en aglomeraciones–. 

Ecuador vuelve a imponer la obligatoriedad de la mascarilla

Como apunte, cabe señalar que un país, Ecuador, sí que ha reintroducido la obligatoriedad del uso de mascarillas en espacios cerrados como medida de respuesta al aumento de contagios de coronavirus y los casos al alza de otras enfermedades, como la gripe. 

Eso sí, de momento, estos casos de reimposición o de recomendación de un uso generalizado en interiores son la excepción, al menos entre los países occidentales, que apuestan en general como principal arma para combatir la pandemia por la vacunación y la inmunidad aportada por las infecciones previas.

Y, por ahora, ningún estado se ha planteado la vuelta de otras medidas de mitigación como los grupos burbuja, la cuarentena, la distancia social, la prohibición de aglomeraciones, las restricciones generalizadas en los viajes, el cierre de determinados sectores donde se producen contactos sin protección o la aplicación de aforos.