El culturista más longevo del mundo comparte su secreto para mantenerse en forma a los 90 años

Jim Arrington entró en 2015 en el libro Guinness de los Récords al convertirse a sus 83 años en el culturista más longevo del mundo, y a día de hoy, no solo sigue ostentando este título, sino que, además, es una de las caras habituales en los campeonatos de esta modalidad.

De hecho, en su última competición, Arrington quedó tercero en la categoría de mayores de 70 años en la Liga Profesional IFBB, que se celebró en Reno, Nevada. En el mismo campeonato obtuvo el primer puesto en la categoría de mayores de 80 años.

Con tantos títulos a sus espaldas, no es de extrañar que sean muchos los que se pregunten cuál es el secreto de Jim para seguir en forma desde que en 1947 comenzará a levantar pesas porque quería "ser un superhéroe", confesó en una entrevista a Men's Health.

Antes de desvelar su truco, Arrington quiso aclarar algo importante sobre su vida: nació un mes y medio antes de lo esperado, y su vida estuvo peligrando, pero gracias a sus padres que “lucharon y lucharon” para salvarlo, pudo sobrevivir. 

De niño tampoco lo pasó bien, porque siempre estaba enfermo, además de ser asmático y llevar un estilo de vida poco saludable. No obstante, con 15 años, su vida dio un giro de 360 grados cuando decidió que “ya no podía hacer eso”, y empezó a entrenar. Y desde entonces no ha parado.

Alimentación y entrenamiento

Han pasado más de siete décadas, y Jim sigue dedicándose a lo que más le gusta, yendo al gimnasio a entrenar dos horas durante 3 días a la semana.

 “Veo a Jim casi todos los días. Hace más del 60% de mis clientes o cualquiera que venga a este gimnasio”, aseguraba al medio uno de los trabajadores del gimnasio al que acude el culturista.

Pero, ¿cómo es posible? Pues bien, aquí viene su secreto. La clave de la longevidad es ni más ni menos que ser capaz de adaptarse a las circunstancias: “Lo que funciona para una persona en un momento de su vida no es lo mismo en otros momentos de su vida”, confesó durante su entrevista.

Y en esa adaptación no solo entra su entrenamiento, sino también su alimentación: "Solía comer mucha leche y mucha carne de res", algo que ya no hace, y que ha sustituido por aceite de oliva, champiñones y otros productos. “Pensé que si hacía eso, podría seguir entrenando”, comenta. Y no se equivocó.

Ahora, cuando hecha la vista atrás, se acuerda de todas las competiciones en las que ha participado, entre ellas la conocida Muscle Beach de California. Siempre tuvo claro que quería ser uno de ellos, así se lo confesó Men's Health: “Veo todos estos físicos fantásticos y sabía que la única forma en que podía lograrlo era superando a todos, y eso es exactamente lo que hice”.

Conseguir el título Guinness World Records le ha abierto nuevas puertas, que ha disfrutado explorando como un niño pequeño: “Lo he disfrutado mucho. Diría que creo que todos deberían serlo, pero solo unos pocos pueden hacerlo”.