Lorenzo Ramírez
Sociedad
El Gobierno fracasa en su lucha contra el fraude sanitario de los falsos "productos milagro"
Sanidad no saca adelante la prometida reforma legislativa
El Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social no ha logrado detener la masiva proliferación de los conocidos como “productos milagro”, que forman una importante bolsa de fraude que mueve más de 2.000 millones de euros cada año, según la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU). La prometida reforma normativa para sacarlos del mercado no se ha producido y la única estrategia que se ha llevado a cabo ha sido una campaña mediática de sensibilización dirigida, especialmente, a las personas mayores, por ser más susceptibles de ser engañados por las falsas promesas de mejora de la salud.
Algunos de estos productos son suplementos alimenticios que se hacen pasar por medicamentos y que son dispensados en las parafarmacias o por internet, mientras que otros son más peligrosos y suponen un riesgo para la salud de los ciudadanos que los consumen.
En los últimos años su venta se ha disparado en nuestro país y las empresas que se dedican a comercializarlos han invertido ingentes cantidades de dinero en publicidad para captar clientes. Primero comenzaron anunciándose en pequeñas cadenas de radio y televisión, periódicos digitales con baja audiencia y a través de molestos mensajes en los navegadores de internet. Pero en la actualidad se promocionan sin rubor en los grandes medios de comunicación nacionales.
La táctica que emplean sus fabricantes y comercializadores es utilizar a profesionales sanitarios para exponer las bondades de sus productos, entre los que destacan pastillas para adelgazar, bebidas y geles contra las arrugas, líquidos que evitan la alopecia, sobres para retrasar la vejez o píldoras potenciadoras de la memoria, por citar tan sólo algunos ejemplos de la amplia muestra de supuestos elixires mágicos para curarlo prácticamente todo. Algunas de las compañías que más implantación tienen en España son DeNatural (@DeNatural2), Actafarma (@Actafarma_com) y Arkopharma (@Arkopharma).
Precisamente Arkopharma ha protagonizado una polémica con el famoso nutricionista y biólogo Juan Revenga, que en su página web ha denunciado en varias ocasiones que este laboratorio “vulnera la legislación fehacientemente y sale indemne” gracias, en parte, a la pasividad de las autoridades españolas. 65Ymás ha contactado con Arkopharma para conocer su respuesta a estas acusaciones sin que haya sido contestada la solicitud al cierre de la edición del presente artículo.
La OCU denuncia "falta de control"
Este tipo de productos siempre han existido a pesar de que en la mayoría de los casos son simples placebos o, en otros casos más graves, pueden resultar dañinos para la salud. Todos recordamos los casos del agua imantada, las pulseras magnéticas o las pastillas adelgazantes que siempre han estado a la disposición del gran público y que incluso se han vendido en farmacias.
“Lo que sucede ahora, quizá más que un auge, es que han surgido en muy pocos años nuevas vías, básicamente internet y todas sus derivadas, a través de las cuales los consumidores tienen conocimiento de la existencia de estos productos sin que exista el más mínimo control sobre su procedencia, su publicidad o sus alegaciones”, señala a 65Ymás un portavoz oficial de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
Por lo que se refiere a la tipología, la OCU precisa que hay que diferenciar entre distintos niveles. Por un lado, está el "producto milagro tradicional”, que es seguramente el más fácil de identificar o desmitificar: “hablamos de un producto que se anuncia prometiendo remedio para uno o varios problemas de salud utilizando como reclamo verborrea científica o mencionando como aval a instituciones y expertos inventados, así como testimonios entusiastas de personas que aseguran que un simple producto les ha cambiado la vida”.
En estos casos, la organización de consumidores recomienda “hacer un simple ejercicio de búsqueda en internet para ver como dichos testimonios se repiten en diferentes productos, e incluso utilizan imágenes de modelos comerciales disponibles en la red”.
Por otra parte, existe otro tipo de productos que no se ajustan exactamente a lo descrito anteriormente. Se trata, por ejemplo, de fórmulas que sí están legalmente certificadas como producto sanitario. Y es que, a diferencia de lo que sucede con los medicamentos, no todas las categorías de producto sanitario están obligadas a aportar evidencia científica de que realmente sirven para algo. Les basta con mostrar que cumplen una serie de especificaciones de calidad material y seguridad para ser autorizados.
La prometida reforma legal... que no llega
“Creemos, en este sentido, que el marco regulatorio de los productos sanitarios debería ajustarse y acercarse más al de los medicamentos. De todas formas, incluso en estos casos, al margen de que el producto tenga un registro y sea legal, la publicidad de sus alegaciones debe ser verídica. El problema es que esto no se verifica y además los recursos que se necesitarían para controlar toda la oferta del mercado son ingentes”, explica el portavoz de la OCU.
Finalmente, “existen muchos casos en los que el producto cuenta con cierta evidencia científica de su utilidad, aunque sea endeble, por lo que en ningún caso podemos hablar de producto milagro como tal, pero sí de publicidad exagerada e incluso engañosa, que genera expectativas en el consumidor que se ven frustradas”, concluye la organización de consumidores.
Los técnicos de la OCU que se dedican a atender las reclamaciones por la venta irregular de este tipo de productos consideran que aunque la mayoría de los suplementos alimenticios que se hacen pasar por medicamentos no suelen tener efectos reseñables –ni buenos ni malos– puede “haber casos en los que resulten peligrosos, aunque solo sea porque su uso puede suponer el abandono de terapias que sí son eficaces o el retraso, por ejemplo, de un diagnóstico médico. En cualquier caso, hablamos de un engaño al consumidor que le supone un gasto innecesario y, en muchos casos, importante”.
Esta es una cuestión que preocupa a los ciudadanos. La campaña de la OCU “Defiende tu Salud” destaca en su apartado destinado a “combatir los productos con etiquetado engañoso y productos milagro” que la proliferación de estos artículos que se atribuyen directamente propiedades sanitarias sin ninguna evidencia científica o que realizan alegaciones nutricionales exageradas en su etiquetado, es una preocupación prioritaria para el 85% de los españoles. Por eso la OCU considera prioritario revisar la normativa que regula la promoción de estos productos y pide al Ministerio de Sanidad más implicación para atajar el problema.
“Consideramos prioritario una actualización del marco legal, comenzando por el Real Decreto 1907/1996 sobre productos con pretendida finalidad sanitaria, aprobado en un momento en el que internet apenas si existía y era mucho más fácil implementar medidas de control. Además, por lo que se refiere a productos sanitarios o complementos nutricionales de cuestionada eficacia pero legalmente autorizados en países miembros de la Unión Europea (y que por tanto pueden ser comercializados en España) sería necesario un cambio regulatorio a nivel europeo para que las autoridades nacionales pudieran evitar su comercialización”, explica la OCU.
El Gobierno lanza la campaña @CoNprueba
Un portavoz del Ministerio de Sanidad, consultado por estas consideraciones, destaca que el Gobierno está trabajando para concienciar a los ciudadanos de que deben evitar este tipo de productos y, para ello, ha lanzado en colaboración con el Ministerio de Ciencia la campaña @CoNprueba. El Ejecutivo ha creado un portal de Internet para exponer el alcance de las pseudoterapias, prevenir la publicidad engañosa y ayudar a los medios de comunicación para que difundan una información rigurosa sobre estas prácticas.
Esta iniciativa estatal se enmarca en el Plan para la Protección de la Salud presentado el pasado noviembre, que se centra en perseguir y denunciar ante la Fiscalía cuando tenga conocimientos de que existen centros sanitarios que ofrecen algunas de las técnicas calificadas como pseudoterapias. La ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo anunció que el Ejecutivo trabaja en un Real Decreto que incluya también la limitación de la publicidad engañosa, pero lo cierto es que la legislatura concluye sin que se haya aprobado aún en Consejo de Ministros.
Respecto a las ventas de suplementos alimenticios que se comercializan como si fueran medicamentos en herbolarios y parafarmacias el portavoz del Ministerio de Sanidad consultado por este diario indica que es una cuestión que “preocupa al Gobierno pero que es competencia de las comunidades autónomas”.
La Policía Judicial es consciente de que existe este fraude generalizado en la venta de “productos milagro” y, por eso, ha solicitado la colaboración de los laboratorios farmacéuticos, los distribuidores y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para perseguir su venta.
El inspector jefe de Consumo, Medio Ambiente y Dopaje de esta división policial, Javier Molinera, puso de manifiesto en unas jornadas que organizó Pharmalog a finales del pasado noviembre, que “existe un notable aumento de los medicamentos camuflados como nutricionales que se venden en herbolarios y parafarmacias, ya que el nivel de exigencia a nivel regulatorio es mucho menor”.
NOTA: Tras la publicación del presente artículo un portavoz oficial de Arkopharma quiso manifestar lo siguiente:
"Con el objetivo de aclarar la posible confusión entre los diferentes regímenes jurídicos que aplican a los complementos alimenticios y a los medicamentos tradicionales a base de plantas, nos gustaría aclarar que los productos que comercializa Arkopharma están sujetos a la siguiente legislación:
El Real Decreto 130/2018, de 16 de marzo, relativo a los complementos alimenticios define estos como productos alimenticios cuyo fin sea complementar la dieta normal y consistentes en fuentes concentradas de nutrientes o de otras sustancias que tengan un efecto nutricional o fisiológico, en forma simple o combinada, comercializados en forma dosificada, es decir cápsulas, pastillas, tabletas, píldoras y otras formas similares, bolsitas de polvos, ampollas de líquido, botellas con cuentagotas y otras formas similares de líquidos y polvos que deben tomarse en pequeñas cantidades unitarias.
El Real Decreto 1345/2007, de 11 de octubre, por el que se regula el procedimiento de autorización, registro y condiciones de dispensación de los medicamentos de uso humano fabricados industrialmente, armoniza y recopila en un solo texto la normativa comunitaria sobre medicamentos de uso humano, en lo que se refiere a los medicamentos tradicionales a base de plantas medicinales. Como medicamentos que son, serán de dispensación exclusiva en oficina de farmacia.
En cuanto a la comunicación, en ejercicio del derecho de responsabilidad, Arkopharma ha desarrollado una comunicación responsable, que no sólo pretende inducir al consumo de productos de la marca sino la de contribuir a transmitir mensajes de interés general a la población, apoyando la labor del farmacéutico, o fomentando el consumo responsable de medicamentos tradicionales a base de plantas y complementos alimenticios y siempre aconsejando seguir hábitos de vida saludable como ejercicio y una alimentación equilibrada".