La Fundación Matia, acompañando a los mayores desde 1889
El Instituto Matia, una iniciativa pionera en Euskadi, combina la investigación centrada en las personas mayores con la aplicación práctica de estos estudios, mediante su brazo ejecutor, la Fundación Matia, que actúa en el ámbito residencial, sanitario y de la Ayuda a Domicilio.
Así, este organismo es un ejemplo claro de investigación gerontológica aplicada. "El conocimiento está al servicio de lo práctico", comenta a 65Ymás la ex directora científica del organismo, Pura Díaz, que estuvo en el cargo hasta septiembre de este año.
De esta manera, los principales ámbitos de trabajo del Instituto tienen que ver con la vejez en todas sus dimensiones. "Hacemos desde estudios sobre condiciones de vida, hasta sobre la prestación de servicios. Por ejemplo, tenemos una línea muy importante de envejecimiento activo y otra relacionada con los cuidados y la Atención Centrada en las Personas", sostiene.
Además, no sólo colaboran con su fundación hermana, sino que también trabajan estrechamente con la administración pública. "Participamos en el diseño de la Estrategia de Envejecimiento Activo de Euskadi", explica.
El diagnóstico: los mayores no tienen las mismas necesidades que antes
Para la exdirectora del Instituto Matia no es fácil trazar un perfil del mayor de hoy en día. "La característica principal de este colectivo es la heterogeneidad", asegura. Y señala: "Es muy diferente hablar de envejecimiento si ponemos el foco en las personas de entre 65 y 80 o si lo situamos en los que tienen más de 80 años. Sus necesidades y los recursos a utilizar son distintos".
No obstante, sí que se puede encontrar un elemento común para todas las políticas relacionadas con los mayores: deben incluir "en su centro los derechos de las personas" y considerarles como sujetos activos. Y es que, según Díaz, las personas de más edad no deberían "perder derechos" por estar fuera del mercado laboral porque, aunque no suelen generar "recursos pecuniarios", sí que tienen un rol muy importante en materia de "cuidados y voluntariado". Según la exdirectora, el movimiento de "amigabilidad" va en ese sentido. "Se pretende fomentar su participación, valorando sus saberes y conocimientos en las comunidades en las que viven", apunta.
En paralelo, otro de los ámbitos de investigación de la organización es el relacionado con el "envejecer bien", algo imprescindible para mantener la autonomía el máximo tiempo posible. En este campo, trabajan sobre los beneficios del ejercicio físico, las relaciones personales o la alimentación, entre otros, es decir, en la prevención. Asimismo, "cada vez vamos a vivir más solos" por lo que, también estudian cómo "gestionar la soledad".
Tampoco se olvidan de los "mayores frágiles" o "con deterioro cognitivo avanzado". "Estamos aprendiendo de qué manera organizar nuestro entorno, tanto las casas, como las comunidades de vecinos o residencias, para que estas personas tengan una buena vida desde el punto de vista de la autonomía, la actividad y, sobre todo, del bienestar", señala. Por ello, muchas de sus investigaciones giran en torno a cómo conseguir que los mayores puedan seguir viviendo en sus casas, aún siendo dependientes. "Tratamos de promover que los recursos del entorno sean funcionales y seguros", comenta.
Concienciar a los jóvenes sobre la vejez
"También tenemos interés en investigar sobre las relaciones intergeneracionales", reconoce Díaz. Para la exdirectora, "la vejez sigue siendo algo no atractivo para la sociedad y no hay una imagen real de lo que supone". "Creo que todas las propuestas que favorezcan los intercambios entre mayores y jóvenes tienen un enorme valor educativo", sentencia. Y no sólo por el mero conocimiento de qué es ser mayor, sino también para mejorar los cuidados.
Además, "el envejecimiento tiene que estar en la agenda de las políticas de una forma transversal", opina. "Cuando nos referimos a esto, hablamos de urbanismo o de vivienda, no sólo de Asuntos Sociales", denuncia. Por esta razón, es imprescindible trabajar en la concienciación. Por ejemplo, "es positivo que se eduque a la ciudadanía sobre cómo tratar a las personas con demencia". No obstante, "queda mucho que hacer", y por eso existe el Instituto Matia, para lograr una sociedad adaptada para todos y en concreto para los mayores.