Carlos Losada
Sociedad
El legendario Federico Martín Bahamontes cumple 91 años
Carlos Losada
Foto: Bahamontes.es
Martes 9 de julio de 2019
ACTUALIZADO : Martes 9 de julio de 2019 a las 11:39 H
3 minutos
El "Águila de Toledo" nos trae a la memoria un ciclismo de otra época, de gestas casi impensables
Cuando el ciclismo era un deporte casi mítico de héroes que se retorcían en sus bicicletas para coronar rampas casi imposibles, apareció en España una figura que marcaría a toda una generación, el primer español que ganaría un Tour de Francia: Federico Martín Bahamontes.
El Águila de Toledo, apodo por el que se conocía a este ciclista, cumple el 9 de julio 91 años y aún hoy se recuerdan sus gestas sobre las dos ruedas, sus anécdotas (algunas convertidas en leyenda) y su peculiar carisma.
El mejor escalador del Tour se llamaba Alejandro
Así es, Bahamontes se llamaba Alejandro, pero su tío Federico se empeñó en que todos le llamaran con su nombre. Y así fue como pasaría a la eternidad este hombre (adolescente por aquel entonces) que trabajó de todo durante los años de posguerra porque el hambre arreciaba.
Su primera bicicleta la compró a un herrero por 30 duros. Tal y como explica en su página web: “Estaba colgada en un gancho de la fragua y no tenía cambios”. Pero con eso era suficiente: “Me apunté a una carrera en Menasalbas en 1947 y quedé segundo. La primera vez que gané fue en mi segunda carrera (Toledo-Puente del Guadarrama-Cabañas de la Sagra-Toledo) el 18 de julio de 1948”.
Rumbo al Tour
Después de participar en diversas carreras por la geografía española, logró profesionalizarse en 1954. Hay que tener en cuenta que en aquellos tiempos el deporte en general y el ciclismo en particular no tenían nada que ver con lo que hay ahora.
Fue entonces cuando participó por primera vez en la carrera más importante de todas: el Tour de Francia (@LeTour), por la que sería recordado para siempre. Bahamontes destacaba ascendiendo todo tipo de montañas, siendo calificado como el mejor escalador del pelotón. De hecho, al Águila de Toledo solo le interesaba ganar el premio de la Montaña, hito que consiguió en 6 ocasiones.
Esto cambio cuando una conversación con otro de los ciclistas míticos de la época, el italiano Fausto Coppi, le hizo ver que podía ganar la general. Y así fue en 1959, año en el que se hizo con la victoria final, convirtiéndose en el primer español en conseguirlo y situando a nuestro ciclismo en el mapa europeo.
Sí, se comió un helado
Una de las anécdotas que siempre se han contado sobre Bahamontes ha sido esa de que coronó el Col de la Romeyère en primer lugar y se paró para tomarse un helado. La realidad es que la bicicleta del toledano estaba en malas condiciones para el descenso, de modo que debían arreglársela. Y en el cuarto de hora que tardó el coche en llegar –ahora le hubieran cambiado la rueda en unos segundos–, Bahamontes decidió echar mano de un carrito de helados que había en la cima ante el calor reinante y la necesidad de refrescarse.
Su manera épica de entender el ciclismo, siempre al ataque cuando tenía fuerzas, y anécdotas como la referida forjaron la leyenda del Águila de Toledo, apodado así por un periodista francés que le entrevistó bajo el escudo que hay en la Puerta de Bisagra de Toledo.