
Empatía a través de la experiencia: este es el traje que simula la vejez
Es utilizado para potenciar la empatía de los cuidadores de personas mayores

Un innovador estudio que se basa en la utilización de un traje diseñado para limitar la movilidad y reducir la fuerza, la coordinación, la destreza y la percepción sensorial de la persona que lo utiliza, simula cómo afecta el impacto del envejecimiento en la vida cotidiana de las personas mayores.
Esta iniciativa, seleccionada en la convocatoria de proyectos de investigación experimental en ciencias sociales del Observatorio Social de la Fundación “la Caixa”, tiene como objetivo fomentar la empatía de los cuidadores profesionales de las residencias, con el fin de que puedan brindar un cuidado de mayor calidad y más humano.
“¿Cuántos años queréis que me ponga encima hoy?” bromea Gema Postigo García, fisioterapeuta de la residencia para mayores Reina Sofía en Las Rozas, Madrid, mientras interactúa con Teresa y Luz, dos residentes.
Gema es una de las profesionales involucradas en este proyecto innovador que potencia la empatía de los profesionales sociosanitarios mediante el uso de un traje que simula los efectos del envejecimiento.
El estudio, realizado inicialmente por Stefan Walter, ha sido desarrollado por Rosa María Martínez Piédrola y otros investigadores de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC), con Fernando Martínez Cuervo, de la Consejería de Derechos Sociales y Bienestar del Principado de Asturias.

El uso de este traje genera alteraciones en todos los sentidos. Los cambios en la vista y en el oído reducen la capacidad cognitiva, social y funcional de quien lo lleva puesto. Aunque el envejecimiento no afecta de la misma manera a todos, “desde el momento que nacemos, empezamos a envejecer”, recuerda Martínez Piédrola. “Nuestro cuerpo, junto con sus estructuras y células, se desarrolla de manera progresiva, y a partir de cierta edad, este proceso empieza a impactar en la capacidad cardiorrespiratoria, el sistema locomotor y los órganos de los sentidos, entre otros.
Los profesionales que participaron en el proyecto han sentido en primera persona esas limitaciones. “Era muy curioso porque, según estaban haciendo las actividades con él, los mismos profesionales se iban dando cuenta de por qué las personas con las que trabajan diariamente tardan tanto en vestirse, por qué les tienen que repetir tantas veces las cosas o por qué se cansan. El traje es muy efectivo para comprender mucho mejor la situación de las personas mayores”, menciona la experta.
En el lugar del otro
Bajo el título ‘Mejorar la empatía hacia el mayor mediante la simulación de la vejez’, este proyecto se ha llevado a cabo en cuatro residencias de mayores -dos en la Comunidad de Madrid y dos del Principado de Asturias- con profesionales de atención directa, como auxiliares, fisioterapeutas, enfermeras y terapeutas ocupacionales. “Todas las personas que participaron recibieron previamente una formación sobre la importancia de la empatía y, a continuación, la mitad de ellas se probó el traje y realizó con él diferentes actividades cotidianas, como subir escaleras, utilizar el ascensor, tumbarse en la cama e intentar levantarse o coger algo del suelo”, menciona Martínez Piédrola.
El proyecto busca aumentar la calidad de vida de las personas mayores. Gracias a la empatía se desarrollan diferentes habilidades como la comprensión, el respeto y la escucha activa. “Uno de los beneficios que se produce es una atención mucho más personalizada porque la persona cuidadora se pone en el papel de la persona mayor y comprende mucho mejor sus limitaciones y sus problemas”, comenta la experta.
Por otro lado, el incremento de la empatía también repercute de manera positiva en el profesional, disminuyendo la ansiedad y depresión. “Al ponerse en la situación de la persona, la relación es mucho mejor entre ellos. Se ha visto que en muchos casos disminuyen los niveles de estrés y mejora la calidad de vida de los propios cuidadores”, agrega.
El profesional de fisioterapia, Postigo García, cuenta que su forma de ver su trabajo ha cambiado tras utilizar el traje. “Por mi profesión de fisioterapeuta ya sabía las limitaciones que las personas mayores tienen tanto a nivel articular como de capacidad pulmonar, pero ahora las entiendo muchísimo mejor. Antes de ponerme el traje no me daba cuenta de todas las dificultades. Aunque les tengo que exigir siempre, aprendí a ser mucho más paciente con ellas”, comenta.

El aumento de la empatía
El estudio ha arrojado un importante resultado sobre los profesionales que utilizaron este traje que simula el envejecimiento. “La conclusión fundamental ha sido que en los profesionales que han utilizado el traje ha aumentado la empatía en términos generales y, de manera más específica, su componente cognitivo y su percepción personal”, señala Martínez Piédrola.
Si lo traducimos en números, según la escala de empatía médica de Jefferson en su versión para profesionales sanitarios, los que hicieron la prueba mejorar en un 14,5% sus habilidades empáticas globales, aumentaron en 5% las habilidades cognitivas empáticas que consideran la perspectiva de la persona mayor, e incrementaron en un 15% los aspectos relacionados con la identificación de emociones de las personas mayores.
“Nosotros intuíamos que iba a aumentar la empatía, pero hemos visto unos niveles bastante apreciables”, indica la experta, quién además menciona un dato “que va más allá de lo técnico: la satisfacción de los propios profesionales de haber tenido esa experiencia. Los residentes me dicen que han notado que soy un poquito más paciente con ellos”, cuenta la fisioterapeuta.
“La idea es ampliar la muestra y llevar el estudio a más residencias de todo España. Mientras tanto, nosotros continuaremos utilizándolo en la formación de los futuros profesionales sanitarios. Esas dos vías serían muy interesantes”, menciona Martínez Piédrola.