Olga Selma
Olga Selma es redactora especializada en temas de salud, alimentación y consumo.
… saber más sobre el autorLa sociedad necesita abordar este debate y tomar una decisión acerca de los horarios en España, un tema que desde el Gobierno se ha ido retrasando durante los últimos años, aunque es necesaria la adaptación de la sociedad a unos horarios más racionales y acompasados con los del resto de países de Europa. La racionalización horaria implica también unas estrategias que involucren a empresas, ayuntamientos, centros educativos, centros de salud, comercio y hostelería, entre otros.
ARHOE, la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles (@ARHOE_enhora) propone para ello la articulación de un Pacto para la Reforma Horaria y la Conciliación y señala que volver a nuestro huso horario natural (con el estallido de la Segunda Guerra Mundial adelantamos nuestros relojes una hora) por sí sola, no sería una medida suficiente; aunque facilitaría un contexto donde otras iniciativas, como el adelanto del prime time televisivo, el cierre más temprano de los comercios o la posibilidad de adelantar la finalización de la jornada laboral, pudieran aumentar nuestras posibilidades de obtener más tiempo.
Además, la comisión remarca que los horarios laborares, en España, están totalmente descoordinados con los horarios de colegios y guarderías, ya que somos el único país que tiene pausas de más de dos horas al mediodía para comer, y es habitual cenar a partir de las 21:30 h de la noche, mientras a esa hora los comercios aún están abiertos y el prime time de la televisión aún no ha comenzado. Las consecuencias de estos horarios son: pocas horas de sueño, baja productividad, dificultad para la conciliación de la vida personal, familiar y laboral, así como problemas en la salud.
Por ejemplo, adelantar el prime time de las televisiones, de manera que los programas de máxima audiencia no finalicen más tarde las 23h permitiría dormir más tiempo y, en consecuencia, estar mejor preparados al día siguiente. Los españoles dormimos una media de 7,31 horas al día, casi una menos que la media del resto del continente y somos los europeos que más tarde se acuestan,a las 00.21h, mientras que Alemania lo hace a las 23.10h según datos de Fitbit. La falta de sueño es acumulativa y repercute en la habilidad para procesar la glucosa, lo que puede provocar altos niveles de azúcar en la sangre y favorecer la diabetes o un aumento de peso. También provoca la disminución de la temperatura corporal basal, responsable, entre otros factores, de la constancia del ritmo cardíaco. Además, el sueño limpia la memoria a corto plazo y deja espacio para más información, indica el Instituto de Medicina del Sueño.
Adelantar la hora de acostarse a las 23.30 garantizaría dormir ocho horas, y permitiría ir ajustando nuestro ritmo de vida al horario solar, lo que es sumamente beneficioso tal y como apunta la cronomedicina.
Desde la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles recuerdan que el papel que desarrollan los abuelos en la actualidad es de gran importancia, ya que son los facilitadores de la conciliación de la vida familiar y laboral. Según los datos de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (@seggeriatria) uno de cada cuatro abuelos dedica entre 6 y 7 horas diarias a cuidar de sus nietos. en este sentido, una racionalización de los horarios que contemplara empezar la jornada laboral a las 9 de la mañana y salir a las 6 de la tarde, como ocurre en el resto de Europa, facilitaría repartir las tareas domésticas entre hombres y mujeres en casa y redundaría en que los abuelos que están a cargo de los nietos hasta que sus padres salen de trabajar, pudieran seguir un horario más acorde a sus necesidades.
Para todo ello, primero debemos vencer la creencia de que los horarios actuales son parte de nuestra cultura y están en nuestra forma de ser. La realidad es que cuando viajamos a otros países europeos somos perfectamente capaces de adaptarnos a sus horarios sin mayor problema.